Diversos estudios realizados por expertos con Máster en Psicología Deportiva sugieren que aquellos que pueden desarrollar el enfoque mental adecuado para el deporte no sólo producirán un mayor rendimiento, sino que tendrán más posibilidades de alcanzar sus objetivos.
Los mejores deportistas pueden llevar su cuerpo más allá de lo que se cree posible. Estos deportes de resistencia exigen una forma física extraordinaria. Pero, por mucho que se haya entrenado, el éxito de estos profesionales depende de su fortaleza mental.
El dilema de la resistencia
Investigaciones recientes han señalado que existen determinadas exigencias psicológicas en los deportistas de resistencia. Entre los grupos analizados se encuentran corredores, ciclistas y triatletas. Todos competidores en diferentes niveles y distancias, pero que manifestaron las mismas exigencias:
El deporte requiere una cantidad sustancial de inversión de tiempo, así como sacrificios en el estilo de vida que algunos atletas encontraron estresante. En ese sentido, describieron experimentar emociones de tono negativo como la frustración y la preocupación.
Algunos describieron la falta de motivación para iniciar una sesión de entrenamiento y el deseo de faltar a estas, otros experimentaron dolor y esfuerzo durante el entrenamiento, así como fatiga y malestar durante las pruebas y una intención de parar o de reducir el ritmo, e ilusión de no continuar.
Todos estos factores afectan la motivación, la concentración, el control emocional y la autoconversión. No obstante, existen estrategias para ayudar a los deportistas de resistencia a hacer frente a estas exigencias psicológicas para favorecer tanto su rendimiento como el bienestar emocional.
Consejos para deportistas de resistencia
Encuentra la motivación
Puede que el deportista tenga claro su objetivo, esté decidido a alcanzarlo y le guste el reto. Sin embargo, es importante escribirlo en una libreta o agenda que se lleve a la mano para visualizarlo de una forma más real. También es indispensable establecer objetivos, incluso si no se tiene una competencia próxima, disfrutar lo que se hace, rodearse de personas adecuadas, medir el éxito en función de lo que ha mejorado, no comparar sus logros con los de los demás, aceptar el proceso y desglosarlo en actividades diarias.
Cambiar la mentalidad
Los deportistas experimentan mucho dolor durante los entrenamientos y las pruebas, especialmente los de resistencia. Esto no se puede evitar, pero la forma de ver este dolor es importante.
En los entrenamientos, debe ser capaz de reconocer que el hecho de aguantar el dolor le ayudará a conseguir la adaptación fisiológica necesaria para mejorar el rendimiento. En la competencia, es importante ir paso a paso, no pensar en lo que falta sino vivir el momento y recordar la preparación que ha realizado y lo mucho que desea ganar. La visualización puede ayudar a superar el dolor.
Las palabras son poderosas
Los deportistas deben aprender a decir no a los pensamientos negativos y cambiarlos por palabras útiles y alentadoras.
La forma de hablar de uno mismo después de cometer un error influye en cómo nos sentimos y, por tanto, en el rendimiento durante el resto de la prueba. Las investigaciones han demostrado que quienes utilizan la palabra «tú» o su nombre al principio de los consejos que se dan a sí mismos se sienten más seguros y menos nerviosos.
Hablarse a sí mismo de forma optimista puede aumentar la motivación. Este tipo de conversación con uno mismo también puede ayudar a bloquear pensamientos potencialmente distractores y ayudar al autocontrol, especialmente cuando se requieren grandes cantidades de esfuerzo y resistencia.
Controlar las emociones
Para maximizar el rendimiento, es importante controlar las emociones, tanto antes como durante el evento deportivo. Por ello, es fundamental centrarse en los aspectos importantes antes de una carrera, recordar su preparación, ver la competición como un reto, no como una amenaza, y recordar los contratiempos que ha superado.
Mantener la concentración
Controla lo controlable: esto significa centrarse en lo que realmente puedes controlar y aceptar las situaciones o problemas sobre los que no se tiene influencia.
Una forma de centrarse en el proceso, más que en el resultado, es preguntarse a sí mismo: «¿qué tengo que hacer para rendir al máximo?»
Conclusión
El entrenamiento físico durante largos periodos de tiempo es algo importante, pero de nada servirá si no entrenamos nuestra mente para mantener un equilibrio adecuado en todos los sentidos. Llegado el caso en el que no logremos controlarla, será nuestra mente la que nos defraude y no nuestro físico.
Estos consejos complementados con la rutina de entrenamiento ayudarán a superar esos momentos en los que se cree que no podremos continuar. Sin embargo, si se llega a un punto en el que la automotivación es insuficiente, se recomienda consultar a un especialista en psicología deportiva.