Son varios los casos de deportistas que han reconocido haber sufrido depresión en algún momento de sus carreras en estos últimos años.
Sus casos están ayudando a que cada vez sean más los que lo cuenten y poder hacer de esta manera, que la enfermedad sea más visible. Aún con todo esto la enfermedad mental todavía sigue siendo un estigma en el deporte.
Las causas de la depresión son multifactoriales y además hay que tener en cuenta la estructura de la personalidad de cada uno. No es algo que ocurra por casualidad o al azar.
Ser deportista de alto nivel
Ser deportista de alto nivel no siempre resulta sencillo. Lo vemos todo muy bonito desde la televisión, pero detrás de cada una de esas sonrisas hay sufrimiento, esfuerzo y muchas horas de trabajo duro.
Empezaría hablando de la realidad que encontramos. No se les prepara desde sus inicios para enfrentarse a lo que todo esto significa.
Nadie les enseña a gestionar el fracaso, ni les avisa qué habrá momentos difíciles a lo largo de su carrera deportiva que tendrán que saber superar. O que se perderán muchas otras cosas por tener que entrenar y que ya no volverán a recuperar.
Cuando todo sale como se espera, no encontramos ningún problema. Mientras lleguen los resultados no habrá señales visibles de peligro. Pero si algo empieza a fallar y no tienen una personalidad fuerte que les respalde, toda su estructura se empezará a tambalear y es entonces cuando pueden empezar a sufrir.
Educación y formación
Tener educación es tener herramientas y también poder. Lo ideal sería trabajar con un psicólogo deportivo durante toda la carrera deportiva. Todo lo que podamos empezar a trabajar desde pequeños hará mucho más sencilla y llevadera la transición a la élite.
Yo insisto en que de “psicología” no solo debería tener herramientas el propio deportista, si no todo su entorno. Cualquier señal de alarma a tiempo puede ser muy importante y para ello hay que saber identificarla.
Además abogo por un trabajo multidisciplinar que nos permita tener un trabajo integral de los deportistas, con el afán de tener toda la información posible y poder aportarle tantas herramientas como necesite.
El papel del psicólogo
De vital importancia en la vida del deportista. Éste podrá enseñarle a entrenar las habilidades psicológicas necesarias, para que así pueda enfrentarse con más herramientas a todo lo que rodea la competición deportiva y a la mejora de su rendimiento.
Sigue habiendo deportistas que se creen que sólo si están mal deben de trabajar con un psicólogo deportivo, se trata de un grave error. Igual que nadie deja de trabajar el físico porque se encuentra fuerte, es por ello que nadie debería de dejar de trabajar la mente, que es el motor del cuerpo.
Qué trabajar
La auto exigencia, ya que muchas veces es el propio deportista el que se atormenta para tratar de ser el mejor. El miedo al fracaso, que en algunos casos, le lleva a esconder lo que sucede. La retirada deportiva, etapa a la que tarde o temprano todo deportista llega y hay que anticiparse. La recuperación de lesiones, un duelo que te saca del ritmo de competición y para el que también hay que preparse.
Luego hay otras presiones externas como el público, la exposición permanente a la crítica, la sobreexposición mediática, ….
Cuando no tienes las herramientas adecuadas para enfrentarte a todos estos estímulos, surgen las complicaciones. Es importante aprender a gestionar todo esto poco a poco para que no pueda jugar en su contra.
Retrato robot del deportista
Hemos diseñado entre todos un retrato robot del deportista ideal a la vez que irreal, pero al que todos ellos quieren representar sin tapujos: tienen que ser fuertes, invulnerables, ganadores, seguros, confiados, valientes, potentes, invencibles…
Así que cuando uno se siente mal, acaba no pidiendo ayuda ya que eso todavía muchos lo interpretan como una señal de debilidad y es entonces, cuando prefieren optar por el silencio.
El entorno
El entorno suele darse cuenta de que algo no va bien, porque se empiezan a comportar de manera diferente. Aquí todos los que trabajamos o estamos cerca de deportistas deberíamos de prestar mucha atención a los cambios y darle la importancia que merece.
El apoyo, la comprensión y la empatía, tanto de la familia amigos, como del propio equipo, ayudará a que el deportista se sienta acompañado.
El no sentirse juzgados es el punto más importante. Aspectos que beneficiarán en su detección, tratamiento y posterior recuperación.
La presión desde pequeños
Que destaquen y tengan habilidades en un deporte no es suficiente, no se le puede obligar a tener que dedicarse a ello si ellos no lo quieren.
Hay que valorar que cada etapa tiene unas cosas, y cuando empiezan, el disfrute y el aprendizaje son lo fundamental.
En algunas ocasiones esta presión les puede afectar, hasta el punto de que muchos abandonan el deporte por no saber enfrentarse a ella. Hay que tener especial cuidado con las expectativas de los adultos, muchas veces son las que empiezan generando presión en los niños.
La familia
El acompañamiento que esté haciendo la familia tiene un papel protagonista en cómo el niño va a vivir su progreso deportivo y cómo interpretará las situaciones a las que se vaya enfrentando.
No hay que olvidarse, de que como objetivo principal, hay que promover la carrera dual; como son los estudios y el deporte.
Existen casos donde las familias ponen todo su foco de atención en el deporte de sus hijos, haciendo que todo gire alrededor de ello, consiguiendo que se sientan en la obligación de conseguir todo aquello que sus padres esperan de ellos.
Niños que no disfrutan con su deporte y siguen en él por miedo a que sus padres los rechacen. Niños que se matan por mejorar algo que les cuesta, con tal de tener una aprobación de la familia. O niños que simplemente se presionan a dar lo mejor, con tan solo no recibir la bronca de su padre al acabar el partido.
Los niños son niños, ellos llevan sus ritmos, ellos son los que deben de decidir si se quieren implicar a ese nivel. Los padres tienen que ser padres, tienen que acompañar, apoyar y arropar.Fin.
Pedir ayuda
Pedir ayuda es de valientes. Los profesionales nos hemos preparado para enseñar nuevos caminos a otros que no consiguen verlos, y es por ello que cuando uno sólo no consigue hacerlo, hay que dejarse ayudar.