¿Podré competir nuevamente?, ¿Servirá para algo mi esfuerzo? ¿Y si nos vuelven a confinar?, ¿Hasta cuando estaremos así? ¿Volverá todo a ser como antes?, ¿Y si no vuelvo a rendir como antes? ¿Estaré perdiendo este año?, ¿Y si no vuelvo a tener una oportunidad como la que estaba teniendo?, ¿Por qué unos si y otros no?, ¿Y si cancelan las competiciones que tengo programadas?, ¿Cómo me planifico si no sé lo que va a pasar?.
<<Bienvenida incertidumbre, pasa que vamos a charlar>>
Me centraré en el deporte aunque en realidad es algo que de alguna manera nos está afectando a todos en el día a día. Incertidumbre ha venido para quedarse, al menos durante un tiempo y cuanto antes la entendamos y la aceptemos, antes podremos avanzar.
Por incertidumbre entendemos algo que nos resulta desconocido, que nos inquieta e incluso puede llegar a paralizarnos haciéndonos sentir muy mal. Esta incertidumbre puede provocar en el deportista cierta desmotivación.
Como veis, todas las preguntas con las que he iniciado el artículo y con las que he estado lidiando junto a mis deportistas todos estos meses, están centradas en el futuro. Esto genera gran preocupación por el escaso o nulo control que tenemos sobre él.
Llegados a este punto es importante encontrar motivos que te permitan seguir conectado a tu deporte para así seguir trabajando a buen nivel dentro de lo posible.
Os dejo las siguientes recomendaciones para que todo esto resulte algo más sencillo y el deportista pueda sentirse más cómodo y sobre todo activo:
Mantenernos en el presente
Cuando nos enganchamos al futuro con el «Y si…» genera ansiedad por la excesiva preocupación que sentimos al hablar sobre situaciones que no controlamos y que anticiparlas en este caso nos hace encontrarnos igual de mal que si la estuviéramos viviendo puesto que el cerebro no distingue lo real de lo imaginado.
Revisar y adaptar objetivos
Muchos de los objetivos que se tenían marcados no se han podido cumplir por ello resulta imprescindible adaptar los nuevos objetivos a la realidad que vivimos.
Dentro de los objetivos, tenemos objetivos de resultado (ganar, marcar, ascender, puntuar…) que no solo dependen de nosotros y que suelen estar más conectados con la competición y los objetivos de tarea (alcanzar un determinado nivel de fuerza, mejorar una técnica concreta, potenciar un determinado músculo…) son aquellos que dependen exclusivamente de nuestro trabajo.
Programar objetivos de tarea nos ayudará a ganar control y seguridad sobre lo que hacemos, además de tener algo por lo que trabajar que no dependa de decisiones externas si no del esfuerzo y la constancia del deportista.
Por otro lado los objetivos deben de ser realistas y alcanzables con los recursos que poseemos. Marcar objetivos a Largo plazo ahora mismo resulta muy complicado por esta percepción de inestabilidad que sentimos alrededor del deporte y del mundo.
Marcar objetivos a corto plazo ayudará a que el deportista pueda sentirlo más cerca y favorecerá el trabajo consciente de ir día a día, viviendo lo que tenemos y sin generar expectativas ni hipótesis que no conocemos con certeza.
Trabajar la flexibilidad
Lo importante es alcanzar el objetivo, no importa si tienes que modificar algo del plan que te habías marcado.
Siempre he dicho que poseer la capacidad de adaptación y la flexibilidad ante este tipo de situaciones hace a cualquier profesional que sea más poderoso.
Al final saber adaptarme me permite moverme en terrenos de todo tipo. Trabajar cuando todo va bien es lo fácil, cuando las cosas se complican es cuando se ve lo resolutivo que es cada uno.
Lo que depende de ti
Es momento de centrar toda nuestra atención en aquello que SI DEPENDE del deportista.
Desgastar energía en cuestiones o decisiones que ni hemos tomado ni vamos a tomar lo único que nos hace es perder un tiempo muy valioso que podemos emplearlo en potenciar nuestro talento y trabajando nuestro rendimiento.
Planificar es posible
El hecho de no poder controlar todos los factores, no significa que debas dejarte llevar por cómo van surgiendo las cosas y te excuses cuando algo salga mal responsabilizando a la situación de ello.
Coge las riendas, trabaja sobre lo que esté en tus manos, mantén tus rutinas y tu planificación en la medida de lo posible, haz las variaciones necesarias y plantea nuevas alternativas para que cuando algo no sea posible llevarlo a cabo tengas un plan B.
Actitud innegociable
No nos olvidemos que aquí un punto diferenciador entre unos y otros va a ser la actitud.
Las situaciones que vienen, como esta del covid no dependen de nosotros, pero la actitud con la que nos enfrentamos a ella si. Si queremos buscar amenazas, aparecerán, pero si queremos crear oportunidades, las encontraremos.
Trabaja la visualización
El trabajo de visualización es muy potente tanto como para potenciar, para anticipar o para simplemente recordar. Si no estamos teniendo competiciones o están tardando en llegar, recuerda méritos deportivos, competiciones pasadas para que mantengas las sensaciones.
Como dije más arriba, el cerebro no distingue de lo real a lo imaginado y de esta manera, al recordar volvemos a vivir y por tanto a sentir.