El estar tan cerca de algo con lo que has soñado tantas veces y por lo que has luchado con tanta fuerza, hace que un título tan importante como es el de ser Subcampeones de España, en ese momento te sepa a poco.
Los penaltis, esta vez no fueron nuestros mejores aliados, una oleada de decepción, rabia y tristeza invadía al escudo de la selección aragonesa a pesar de lo importante que era haber llegado hasta allí, tener el reconocimiento de todos por el gran esfuerzo y el buen trabajo realizado por cada uno de los chicos, además del cuerpo técnico, que día tras día hemos trabajado a su lado.
Estas palabras, no van enfocadas al éxito obtenido de estos 18 jóvenes promesas del mundo del fútbol aragonés, sin ninguna duda para ellos, esto solo es el principio de un largo camino que tienen por delante con una gran proyección deportiva.
Mi artículo va enfocado al verdadero triunfo, a todos esos valores que han nacido y crecido en EQUIPO y que han conseguido unir al fútbol Aragonés, despertando esa ilusión, esa inquietud y ese seguimiento incondicional.
Agradecer públicamente a Javier Garcés por haber confiado en mi trabajo y en mi persona para formar parte de su cuerpo técnico, sin el nada de esto habría sido posible y se merece mucho, porque ha dado mucho. Y al resto del cuerpo técnico gracias por haberme acogido, muestra una vez más de una gran unión.
A título personal decir que esta experiencia es única. Es el vivir de manera intensa, en cortos periodos de tiempo, todas las emociones en estado puro, es el poder compartirlas, es el ver cómo crece un grupo que apenas se conoce, lo es TODO.
Pero me quedo con la huella que nos dejamos los unos a los otros, esa huella que hace que a pesar de que pasen los años, siempre tendremos una sonrisa para recordar estos magníficos momentos compartidos.
Gracias a todos, a la Sub-18 Aragonesa y a su cuerpo técnico, ha sido un gran placer haber participado de esta experiencia a vuestro lado.