Quiero que te imagines sentado/a en la butaca de un teatro, disfrutando de la obra que hacía tiempo que querías ir a ver. Una vez puesto/a en situación, ¿podrías decirme como lo hacen en el teatro para pasar de una escena a la otra y para mostrarnos donde debemos prestar atención durante la obra? Si has respondido: “por las luces”, eso es, has acertado de pleno.
Gracias a ese director o directora que se encarga de la iluminación y de la dirección de los focos, nosotros/as sabemos a qué debemos prestar atención y a que no. Pues lo mismo pasa en nuestra mente. Imagínate que tus pensamientos son esos personajes de esa obra de teatro de la que estábamos hablando. Una es el pensamiento de “qué bien me ha salido la exposición hoy”, otro es el “no estoy capacitado/a”, otra el “seguro que me pongo tan nerviosa que lo hago mal” y otro el “soy muy capaz de llevar a cabo este proyecto”, etc. Puede haber tantos personajes como pensamientos quieras representar, es en el momento de actuar donde entra tu función como director/a de iluminación y los focos de luz los dominas tu. Aquí tú decides a qué personajes les dedicas más protagonismo, aportándoles luz, y a quienes menos.
Con este símil, quiero que conozcas ese control que tienes sobre esos pensamientos que aparecen. Pueden aparecer, tanto pensamientos negativos como positivos, y es importante no evitarlos, porque evitarlos puede aliviarte en ese momento, pero es un falso alivio que a la larga lo que conseguirá es mantener ese estado de alerta o de miedo.
Por eso, con este ejemplo quiero hacerte saber que:
- Pueden aparecer tanto pensamientos que te ayuden a progresar como pensamientos intrusivos, es normal que esta aparición no la podamos controlar.
- Ante la presencia de diferentes pensamientos como estos, tú eres el que decides cuanta atención le prestas a cada uno de ellos.
- Emplear aquella energía en aquellos que te ayudan a progresar puede hacerte sentir mejor.
- Para conseguir ser buen o buena director/a de luces hace falta ponerlo en práctica, por eso es bueno escribir aquello que se nos pasa por la cabeza (sería el guion de esa obra de la que hemos estado hablando).