Familia y valores
Empezaría hablando valores y de la red que lo acompaña (familia y staff) que en estas edades cobran un papel todavía mayor porque son los que tienen que aterrizar al deportista. Estos halagos que reciben por su rápida progresión, a veces los revoluciona pensando que lo tienen todo hecho y por otro lado también asusta, ya que cuantos más halagos más gente que contentar y eso acaba pesando si no se encuentra ese punto de equilibrio para optimizar el rendimiento con un entorno estable.
Aquí la ilusión es un gran aliado, llegan cumpliendo un sueño por lo que están más centrados en lo que pueden hacer ellos y en aprovechar las oportunidad que se presentan, que en estar pendiente de lo que generan fuera, aunque sea inevitable.
Pensar que en estos casos pasan de no hacerse la cama como aquel que dice a llenar portadas de periódicos, el cambio es notable y a esas edades su cerebro todavía no se ha terminado ni si quiera de formar.
Perseverancia
En el deporte como en la vida, pocas cosas interesantes son inmediatas, y si lo son, la clave pasa por mantenerlas a ese nivel. Conocer los puntos fuertes es importante pero saber cuáles son las áreas de trabajo para seguir trabajando, determinante.
No olvidemos que hemos conocido casos de jóvenes deportistas de los que se esperaba mucho y al final se quedaron por el camino, en parte seguramente por no saber gestionar todo lo que vino de golpe.
Expectativas
En general la sociedad está muy pendiente siempre del futuro y en el deporte no va a ser menos, pero lo que no saben es que un exceso de futuro es un exceso de ansiedad ya que nadie ha vuelto para contarlo qué va a pasar. Por ello es momento de saborear lo que SI se tiene y se ha conseguido, para dar pasos firmes y con los pies en la tierra.
Gestionar la presión si quieres estar en la élite es la pieza central de este puzzle. Hay que tener claro que nada es eterno, que hoy estás en lo más alto y mañana nadie habla de ti, algo para lo que también hay que estar preparado.
Dificultades
Muy fácil, anticipándonos a ellos. Con mis deportistas trabajamos las dificultades antes de que lleguen, eso les aporta calma y un plan de acción si un día llega. Pensar que todo va a salir a la primera por mucho talento que se tenga es engañarnos todos. Aceptar que en una carrera deportiva y más en chicos tan jóvenes, habrá días en los que los objetivos no se alcancen y habrá que seguir.