La autoconfianza es la creencia que se tiene de poder ejecutar exitosamente una conducta con tus propios recursos.
Los estudios señalan una relación positiva entre la autoconfianza y el rendimiento, es decir, a mayor autoconfianza mayor probabilidad de tener un buen rendimiento, por lo que se convierte en una variable a la que todo el mundo le gustaría trabajar.
Es muy frecuente escuchar frases del tipo “Tienes que jugar con más confianza” como si lo pudiéramos cambiar instantáneamente, pero la realidad es que no es tan fácil. La autoconfianza se va formando poco a poco a través de diversas fuentes:
- Historial de éxitos: si siempre consigues tus objetivos es más probable que tu autoconfianza sea más alta, que si nunca logras tus metas.
- Feedback recibido por el entorno: si este siempre es negativo y no se te reconocen las cosas que haces bien, probablemente acabes confiando poco en ti mismo. En cambio, si tu entrenador y familia te refuerzan las cosas que haces bien y todas las mejorías tu autoconfianza se verá beneficiada.
- Estados fisiológicos y afectivos: si constantemente tienes pensamientos negativos y tienes un estado de ánimo bajo o incluso ansioso también repercute en tu autoconfianza, ya que te verás con menos capacidad para ejecutar exitosamente una conducta.
Pero como todo, la autoconfianza puede trabajarse y mejorarse con tiempo y esfuerzo.
¿Qué puedes hacer?
- Márcate metas específicas, realistas y orientadas al proceso y no al resultado.
- Dedica tiempo de calidad a entrenar las destrezas de tu deporte.
- Ten presente tus fortalezas.
- Trabaja tu control de pensamientos negativos.
- Potencia un autodiálogo positivo.
- Registra tu proceso para tomar conciencia de las mejorías por pequeñas que sean.
- La visualización también puede ayudarte a ganar confianza.
- Céntrate en lo que depende de ti y no en lo incontrolable.