Según la RAE el error, es una “acción desacertada o equivocada o una “cosa hecha erradamente”. Es decir, es una conducta que puede alejarnos (o simplemente no acercarnos) a la consecución de nuestros objetivos.
El proceso de aprendizaje lleva implícito el “no saber” como elemento principal ya que una vez que el deportista ha conseguido un objetivo y ha aprendido unas estrategias para conseguirlo debe mejorarlas o incluso aprender unas nuevas para conseguir otra meta. Por lo tanto, el error es parte del proceso de autoinformación del sujeto aprendiz.
Pero, si el aprendizaje tiene que ver con el “no saber”, ¿por qué se penaliza el error?
Tenemos que ser conscientes de que el deportista se va a equivocar o mejor dicho DEBE equivocarse. De este modo, se potencia la experimentación, la toma de decisiones, la imaginación… hay que concebir al niño/a como un alguien activo que transforma sus capacidades y habilidades sintiéndose parte activa de su propio proceso.
Por esta razón, los agentes que rodean al deportista deben generar experiencias donde:
- Exterioricen las acciones libremente
- No tengan temor a equivocarse
- Afronten los errores con espíritu crítico
- Potencien la creatividad y la imaginación
- Se trabaje desde una actitud analítica que le permita evaluar sus actitudes