Hace unas semanas vi la película de 42 segundos en Amazon Prime y aparecieron varios conceptos relacionados con la psicología deportiva que me parecieron interesantes para comentar.
La película cuenta la historia de la selección española de waterpolo para las olimpiadas de Barcelona en el año 1992, desde los meses previos de preparación hasta su participación en los juegos.
Un primer aspecto que llama la atención es la falta de cohesión de principio al juntar jugadores catalanes y madrileños, existiendo choque entre los líderes de cada grupo. Ambos grupos tienen una forma de ver el deporte bastante diferente, unos con mayor cultura del esfuerzo dentro y fuera del agua y otros con una actitud más de disfrute que de sacrificio, lo que provoca ciertos conflictos y una falta de entendimiento entre ellos. Esta falta de cohesión inicial se ve reflejado en su rendimiento en los entrenamientos hasta que el sentimiento de equipo se va fortaleciendo y en consecuencia su juego mejora también, en parte por compartir experiencias duras y no porque se trabaje de forma consciente.
Otro tema que llama la atención es el estilo de liderazgo del que pasa a ser su nuevo entrenador, un entrenador croata con un estilo de comunicación muy autoritario. No tiene en cuenta la opinión de los jugadores, les somete a entrenos muy exigentes, siempre bajo humillaciones y amenazas con la filosofía de que solo lleguen los más fuertes. Se refleja el sufrimiento de todos los jugadores y la poca empatía del entrenador. Por lo que refleja muy bien que el estilo autoritario no debe ser un estilo prioritario en ningún entrenador.
Las adicciones y la fiesta es otro tema que aparece durante la película, y que, aunque debemos situarnos en la sociedad de aquel entonces, es una realidad que en mayor o menor medida puede darse. Se ven claramente las consecuencias que trae a nivel individual, pero también como repercuten al equipo entero.
Más allá de que la película se ajuste en mayor o menor medida a la realidad, a lo largo de la película se ven reflejados valores del deporte de competición de alto nivel como son el sacrificio, la constancia, el estar dispuestos a pagar el precio de lo que cuesta acabar entre los mejores, el esfuerzo, la ilusión y momentos de tensión y sobre todo la importancia de tener en cuenta la preparación psicológica más allá de la física y tener en cuenta todas las variables que pueden afectar al rendimiento y bienestar del equipo.