El autodiálogo o diálogo interno es un aspecto crucial en la psicología del deporte. Se refiere a la capacidad de un deportista de comunicarse consigo mismo mediante pensamientos y palabras, ya sea en voz alta o en silencio.
Hemos hablado en anteriores entradas del blog sobre lo que es el autodiálogo, así que hoy vamos a centrarnos más en ejemplos concretos de autodiálogo positivo y negativo. Lo más importante, más allá de las investigaciones y las teorías al respecto, es que el diálogo interno es una técnica efectiva para controlar los pensamientos e influir en las sensaciones del jugador o deportista.
La selección que se realice de las palabras a utilizar debe ser muy cuidadosamente preparada entre el jugador y el psicólogo, dado que cada palabra puede ser un disparador positivo, pero también negativo. Eso requiere de un conocimiento profundo del jugador, para poder realizar una selección de frases que tengan un efecto verdaderamente positivo. Cuando el diálogo interno se utiliza como una herramienta, no debe ser fruto de una mera improvisación.
Normalmente, el autodiálogo positivo debe estar vinculado a acciones que podamos controlar al 100%, las cuales dependan de nosotros. Esto nos dará una mayor sensación de control sobre la situación, mayor seguridad en nuestras habilidades y, por tanto, una mayor confianza.
Autodiálogo positivo:
- «Soy capaz de hacerlo, me he preparado para esto»
- «Confío en mis habilidades y en mi entrenamiento»
- «Voy a enfocarme en cada momento, un paso a la vez»
- «Voy a dar lo mejor de mi en cada jugada»
- «Soy fuerte y capaz, voy a centrarme en aquello que depende de mí»
En algunos deportes se da con mayor facilidad porque el deportista se encuentra aislado de la distracción externa y por tanto puede enfocar sus pensamientos a la corrección de un aspecto técnico concreto como: «Colocar el pie derecho en la línea blanca y ejecutar 3 saltos haciendo el último siempre con el pie derecho. Concéntrate en la línea blanca y en las zancadas.»
· Mantener la atención en las acciones que realizamos y no tanto en el resultado de éstas ya que el resultado a veces es difícilmente controlable porque no sólo depende de ti. Concentrarte en tus desmarques, en el trabajo sin balón, dar apoyos constantes a tus compañeros, ser el primero en realizar la presión cuando del rival pasa la mitad del campo…
· Lo más habitual es usarlo como mejora del estado anímico. ¿Quién no se ha dicho alguna vez en una carrera «vamos solo falta un poco más», «aguanta que falta poco para la meta»…?
Estas frases son disparadores que ayudar a dirigir nuestro potencial para lograr un rendimiento óptimo.
· Se utilizan también como reforzadores de autoconfianza. Creer en uno mismo nos permite explotar a fondo nuestras habilidades (siempre y cuando el reto que nos estemos marcando esté dentro de nuestras posibilidades).
La autoconfianza se refuerza con pensamientos o expresiones como «Las cuestas es lo que mejor se me da, aquí voy a recortar ventaja», «soy el mejor del equipo lanzando penaltis, he tirado cientos de ellos en mi vida y voy a marcar», «ayer he tirado más de 50 tiros libres y he acertado un 90%, voy a encestar».
Autodiálogo negativo:
- «Siempre fallo en los momentos importantes»
- «No soy tan bueno como los demás»
- «Estoy nervioso y ansioso, no voy a poder jugar bien»
- «Seguro que voy a fallar de nuevo»
- “Me noto falto de energía”
Muchas veces hemos visto a un tenista romper la raqueta, a un futbolista golpear el balón dentro de su portería al encajar un gol… Son mecanismos de defensa ante la angustia percibida por no ser capaces de resolver la situación.
Esos gestos, diálogo negativo… los perjudican siempre y cuando no sean capaces de canalizar esa frustración hacia la mejora o hacia revertir la situación.
Es muy habitual que el deportista en el momento de competir no se dé cuenta de qué cosas puede controlar y cuáles no. Por ejemplo, en un partido de fútbol no podemos controlar las decisiones del árbitro o la actuación del portero rival, en el ciclismo no podemos controlar el clima o el estado de la carretera…
En resumen, el autodiálogo es una herramienta poderosa para los deportistas, y practicarlo de manera consciente puede ayudarles a mejorar su rendimiento y a manejar mejor el estrés y la presión de la competencia.