El estrés forma parte del trabajo mental que deben de trabajar los colegiados, ya que aguantar la presión a la que están sometidos cada semana forma parte de su progresión y de su fortaleza mental. Aspecto fundamental para que un árbitro pueda pasar a ser profesional.
Por desgracia estamos en una sociedad que está más pendiente del error que del acierto, lo que convierte al árbitro en diana perfecta. ¿Acaso no nos equivocamos como profesionales, como pareja, como padre o madre, como amigos? Todos nos equivocamos, la única diferencia es que no tenemos miles de personas observando cada paso que damos. El error forma parte de la vida y del proceso de aprendizaje de cualquier persona, tenga la edad que tenga.
Desde los inicios en el fútbol base tienen que aprender a convivir con esta presión que viene impuesta por el fútbol, y que no ayuda a que el joven árbitro pueda desarrollarse en las mejores condiciones. ¿Quién evoluciona de manera natural cuando todo lo que hace es cuestionado, criticado e incluso amenazado?. Muy pocos. Pero ellos lo hacen.
Se necesita más respeto, educación y ejemplo. Las familias son ejemplo para sus hijos, al final se copian conductas. Piensa que lo que le dices al árbitro, mañana se lo pueden estar diciendo a tu hij@, o es más, piensa que mañana, tu hij@ también puede ser árbitro, y adultos como tú, le estarán gritando lo mismo desde la grada. Hace falta empatía, consciencia y sentido común.
Al final hablamos de una figura necesaria e imprescindible en el juego, tanto que sin ellos, no hay partido. Por eso hemos de cuidarla y tratarla de igual manera que al resto.
Pienso que acercar la figura arbitral a la sociedad sería importante, descubrir cómo piensan y cómo se sienten ayudaría a que los viéramos más humanos. El poder escuchar a un árbitro al acabar un partido profesional les daría visibilidad, puesto que hablar se hablará igual, al menos los sentimos cercanos. Cuanto más se priva algo, más lo persigues.
La experiencia les enseña a poner su foco de atención en lo que realmente depende de ellos, lo que viene del entorno, al final, es solo un escenario que por lo general suele repetirse, y con el que acaban familiarizándose por extraño que nos parezca al resto. Sus rutinas de concentración, su coordinación y trabajo en equipo con asistentes, su auto-confianza que pese a las adversidades les permite estar fuerte, la seguridad de sus movimientos y su expresión no verbal entre otras, son algunas claves que potencian a un árbitro en acción.
Por experiencia con todos los árbitros que he trabajado y con los que sigo trabajando, llega un momento en el que ni oyen lo que se les llega a decir, precisamente por ese trabajo mental que han ido realizando con el tiempo y que les ha fortalecido.
Lo mismo pasa con las redes sociales y la prensa, ahora ejercen un efecto amplificador sobre las acciones destacadas, pero todos coinciden en lo mismo, no les prestan atención. Si desvían la atención en lo que no controlan, pierden tiempo y energía.
Destacar su fortaleza mental y física, su coraje, su pasión, y sobre todo por luchar contra viento y marea aunque a veces tengan el mundo contra ellos. Sois necesarios y queremos que sigáis fuertes, el fútbol necesita de vosotros. Como me dijo un buen amigo árbitro profesional, para un árbitro, lo mejor, es que no hablen de nosotros.