Enseguida llega Semana Santa y ya podemos ver la cantidad de campus que se empiezan a ofrecer para estas fechas. Ya no hace falta esperar al verano para poder disfrutar de estas propuestas educativas y deportivas que tanto atraen a los más pequeños.
Se trata de una buena herramienta a la que acuden cada vez más familias, una oportunidad perfecta para que los niños aprendan en un espacio idóneo una serie de valores muy importantes para su día a día, además de ser una valiosa alternativa para padres que trabajan y que no pueden estar con sus hijos en las vacaciones.
Estas propuestas cada vez están más preparadas y repletas de juegos por lo que podemos encontrar una gran variedad de campus con diferentes alternativas y para todos los gustos. El asistir a ellos les ayuda a potenciar y desarrollar las habilidades sociales, ya que durante el tiempo que estén fuera se relacionarán con otros niños sin tener a sus padres como referencia, empezando de cero y teniendo que utilizar sus propios recursos para enfrentarse a diferentes situaciones.
A través de las diferentes actividades que se organizan, el niño crecerá y mejorará su capacidad de comunicación, ya que tendrá que expresar sus necesidades, negociará con sus compañeros para tomar decisiones, aprenderá también a trabajar en grupo y, con ello, a escuchar las opiniones de los demás y a respetarlas.
Eso no es todo, existen campus donde no solo se benefician los hijos, también los padres ya que se preparan charlas formativas por psicólogos deportivos sobre temas de gran importancia en el desarrollo educativo de los más pequeños. Si no tenéis claro cuál y vuestros hijos no practican un deporte en concreto, los campus multideportes pueden resultar una gran opción para que conozcan y prueben diferentes disciplinas.
Podemos encontrar una larga lista de beneficios siempre y cuando nos informemos bien de las condiciones y características del campus donde quiero llevar a mi hijo. Es importante también que los niños quieran participar y asistir, no sería lo mismo si lo llevamos obligados. Los campus no son guarderías y eso lo tenemos que tener presente.
¿A qué aprenden?
- A ser más tolerantes, a saber cómo comportarse, a compartir actividades y alojamiento en algunos casos.
- A ganar autonomía e iniciativa personal: Responsabilidad, perseverancia, conocimiento de sí mismo, independencia, creatividad…
- Aprenden nuevas maneras de ocio para llenar el tiempo libre, olvidando la tecnología.
- Hacen nuevas amistades, cooperan, se comprometen, toman decisiones y se responsabilizan de ellas.
- Potencian la comunicación: verbal y gestual.
- Experimentan una sensación de libertad y responsabilidad que les permite asumir nuevos roles de forma natural.
- Ganan confianza.
Por último y también importante, el beneficio de los padres: Mejoran la sobreprotección con ese desapego temporal, cargan las pilas para ganar energía, les queda algo de tiempo libre y lo mejor de todo, ven crecer a sus hijos en un ambiente saludable.