Este es un momento de inicio de pretemporada o temporada para casi todos los deportistas… Pero hay un cierto número de esos deportistas que, por un motivo concreto, no pueden entrenar o competir. Ese motivo es una lesión.
Si practicas algún deporte, sabes lo frustrante que puede ser sufrir una lesión que te impida seguir entrenando y compitiendo. Y si la lesión es de larga duración, como una rotura de ligamento cruzado anterior, el impacto puede ser aún mayor, tanto físico como psicológico.
La psicología deportiva puede ayudarte a superar este difícil momento y a recuperarte de la mejor manera posible. En este artículo, te damos algunas pautas para que puedas afrontar una lesión de larga duración en el deporte con optimismo y motivación.
1. Acepta la realidad. El primer paso es aceptar que te has lesionado y que necesitas un tiempo de recuperación. La gran mayoría de lesiones de larga duración pasan por diferentes etapas en un 1º momento: duelo, negación y aceptación. No te engañes ni te autoexijas más de lo que puedes. Reconoce tus emociones, como la tristeza, la rabia o la frustración, y exprésalas de forma adecuada. No te culpes ni te compares con otros deportistas. Sé compasivo contigo mismo y confía en tu capacidad de superación.
2. Busca apoyo profesional. Es importante que sigas las indicaciones de los profesionales que te atienden, tanto médicos como fisioterapeutas, readaptadores o psicólogos. Ellos te darán las pautas para cuidar tu lesión y para realizar los ejercicios adecuados para tu rehabilitación. También puedes consultar con un psicólogo deportivo que te ayude a manejar los aspectos emocionales y mentales de tu lesión.
3. Establece objetivos realistas. Una vez que aceptes tu situación, es hora de marcarse objetivos para tu recuperación. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales (SMART, por sus siglas en inglés). Por ejemplo, puedes plantearte caminar sin muletas en dos semanas, o hacer una sentadilla con peso en un mes. Estos objetivos te ayudarán a mantener la motivación y a ver tu progreso.
4. Mantén una actitud positiva. La forma en que piensas sobre tu lesión influye en cómo te sientes y en cómo actúas. Por eso, es importante que mantengas una actitud positiva y optimista. Evita los pensamientos negativos, como «nunca volveré a estar al 100%» o «esto es el fin de mi carrera deportiva». En su lugar, sustitúyelos por pensamientos positivos, como «esto es solo un contratiempo» o «voy a salir más fuerte de esto». También puedes usar técnicas de visualización para imaginarte cómo quieres estar cuando te recuperes.
5. No pierdas el contacto con tu deporte. Aunque no puedas entrenar ni competir como antes, no tienes que renunciar a tu pasión por el deporte. Puedes seguir vinculado a tu disciplina de otras formas, como viendo vídeos, leyendo libros, asistiendo a eventos o hablando con otros deportistas. Así mantendrás el interés y la ilusión por volver a practicar tu deporte cuando estés recuperado.
Como ves, una lesión de larga duración en el deporte no tiene por qué ser el fin del mundo. Con estas pautas y con mucho esfuerzo, estarás más cerca de superar este obstáculo y volver a disfrutar del deporte que tanto te gusta.