Arranca la temporada con ganas y la motivación está por las nubes, después de las vacaciones hemos recargado pilas y aunque la pretemporada es dura, están esas ganas e ilusión por empezar una nueva temporada y conseguir nuevos objetivos.
No obstante, a medida que pasa la temporada esta motivación inicial puede ir fluctuando y es prácticamente imposible que se mantenga constante y estable a lo largo de las semanas y meses. Lesiones, resultados no esperados, cambios en factores externos, etc. pueden hacer tambalear esas ganas por seguir y conseguir los objetivos establecidos. Partiendo de aceptar esta situación podemos tener en cuenta ciertas estrategias para no perder el foco y que estas fluctuaciones nos afecten lo menos posible.
- Objetivos retadores pero realistas. No peques de ponerte objetivos demasiado ambiciosos fruto de esa motivación elevada del principio de la temporada. Define de manera específica que quieres conseguir a lo largo de la temporada
- Divide los objetivos a largo plazo en otros más pequeños de manera que puedas ir siendo consciente de los avances. Estos logros intermedios te permitirán medir tu progreso de manera constante y sentirte satisfecho con tus avances, incluso cuando las metas a largo plazo parezcan distantes.
- Elabora un plan de acción para lograr esos objetivos y ves ajustándolo en base a las necesidades de cada momento
- Registra y celebra los pequeños logros y avances, para tener esa sensación de logro a medida que avanzas hacia las metas finales
- Recuerda por qué haces deporte y todo lo positivo que te aporta hacerlo cuando sientas que estás perdiendo las ganas de seguir
- Establece rutinas y hábitos sólidos que te mantengan constante y te hagan accionar cuando la motivación no esté tan presente
- Enfócate en el proceso y no únicamente en los resultados. Los resultados serán una consecuencia de tus acciones. Y recuerda que los resultados no siempre dependerán exclusivamente de ti.