Los síntomas de ansiedad no son diferentes a los que aparecen en otras situaciones de ansiedad.
En general, suelen aparecer cuatro tipos de síntomas. Los primeros están relacionados con sensaciones físicas: sudoración, temblor, taquicardia en el corazón, dolores de estómago o de cabeza, movimiento de manos y/o piernas, sensación de falta de aire…
Aparte de estos síntomas, suele haber otros síntomas cognitivos o de pensamiento. Es decir, preocupación por lo que vaya a pasar o incluso porque otros noten que estás nervioso en forma de pensamientos negativos o distorsionados. Al tener estos pensamientos paralelamente puede darse una disminución en la concentración, irritabilidad, debilitamiento o confusión, entre otros.
Igualmente, aparecerán emociones negativas, como el miedo o la tristeza, frustración o decepción con uno mismo.
Finalmente, suelen aparecer los llamados síntomas conductuales: evitar o escapar situaciones que generan esta ansiedad. En este sentido, es probable que si sientes esta ansiedad a la hora de jugar acabes evitando jugar o evitando la situaciones que dentro del partido te generen malestar, o que escapando de todo esto.
Solo nosotros somos responsables de interpretarlo como algo amenazante. Si interpretamos el partido de esta manera, nuestro organismo actuará como si tuviera delante un peligro real, y se preparará para luchar o huir, poniendo en marcha el mecanismo de la ansiedad. El exceso de nervios disminuye tu autoconfianza y te impide concentrarte para rendir al máximo.
- Analiza las causas de tu nerviosismo. ¿Es realmente la competición una situación tan amenazante como piensas? Aquí aumentan nuestros nervios, disminuye la confianza en nuestras propias capacidades y nuestra concentración puede verse perjudicada. Esto nos impedirá mostrar nuestro verdadero rendimiento.
- Escucha tus emociones y no quieras anularlas:Piensa que todos tenemos emociones y que existen por alguna razón. Es posible que se vivan como algo desagradable en ciertos momentos pero siempre su intensidad acaba pasando si las dejamos estar sin intentar bloquearlas ni controlarlas
- Prepara tu rutina de concentración para aplicarla antes de empezar:El conocerla y controlarla te dará mayor confort y además la familiaridad de lo conocido por lo que te otorgara confianza.
- Haz una lista de las cosas qué quieres salir a buscar, deja de lado lo que quieres evitar pues esto te dará mayor sensación de seguridad.
- Trabaja en tus pensamientos. Muchas veces el nerviosismo proviene de haber pensado de forma distorsionada
- Busca la manera de ver ese partido como un reto a superar:Cambiar la interpretación de un partido como amenazante a interpretarlo como un reto, un desafío será mucho mas positivo. Plantearte una competición deportiva como un desafío aumentará tu sensación de confianza en ti mismo y mantendrá tu concentración focalizada en lo que debes hacer para superarlo.
- Enfócate sólo en lo que depende de ti: En ocasiones nos pasamos mucho tiempo dando vuelas a cosas que se escapan de nuestro control, lo que hace que perdamos confianza y que nos sintamos mas nerviosos aún.
- Acepta que el contexto ideal no existe, que todo salga a la perfección y como has soñado será complicado por ello vamos a prepararnos para aceptar dificultades e imprevistos. Trabajar a diario te permite tener recursos para enfrentarte a ello y si no se pude, por lo que sea, entra dentro del juego. Evitar o escapar de las situaciones solo hará que el miedo se incremente. Por ello, es importante que te expongas a lo que más ansiedad te genera, para aprender a controlar estos nervios y que la situación no te supere.