En el deporte, no basta con entrenar bien o tener talento. Muchos deportistas sienten que, cada vez que juegan, tienen que demostrar su nivel al entrenador, a los compañeros o al público. Esta creencia puede ser una carga importante, que afecta tanto a su concentración como a su confianza.
Cuando un deportista está demasiado pendiente de impresionar a los demás, su atención tiende a dispersarse en diferentes direcciones. En lugar de estar concentrado en lo que tiene que hacer, su mente se llena de pensamientos del tipo: «¿Me estará viendo el entrenador?», «No puedo fallar», «Si cometo un error, me van a quitar». Estos pensamientos generan ansiedad y hacen que sea más fácil cometer errores.Por ejemplo, un portero que está tan preocupado por demostrar que es seguro en el juego aéreo que, en lugar de enfocarse en calcular bien la trayectoria del balón, está pensando en cómo lo verán desde la grada. Es muy probable que dude, que salte tarde o que no tome una buena decisión. Si en cambio se enfoca en lo que ha entrenado —mirar el balón, posicionarse bien—, tendrá más posibilidades de reaccionar correctamente.A nivel de autoconfianza, cuando un deportista siente que debe probar su nivel constantemente, su confianza puede volverse frágil. Si las cosas salen bien, se sentirá fuerte, pero si comete un error, por mínimo que sea puede empezar a dudar de sí mismo. Un solo fallo puede hacerle pensar que no es lo suficientemente bueno, y esa inseguridad puede hacer que juegue con miedo a fallar.Por ejemplo, un jugador que falla un pase y enseguida se dice «Soy un desastre, seguro que el entrenador ya no confía en mí», empezará a jugar con miedo a fallar otra vez. En cambio, si es consciente de esto y entrena su autodiálogo podrá ser capaz de que después del error piense «No pasa nada, me coloco bien y sigo jugando», mantendrá su confianza y seguirá en el partido.Para evitar que esta necesidad de demostrar afecte al rendimiento, es importante enfocar la atención en el momento presente. En lugar de pensar en lo que los demás puedan opinar, hay que centrarse en el juego. Una idea sería usar palabras clave para mantenerse en el presente. Por ejemplo, un delantero puede repetir «Atento», «Confía», «Sigue»antes de un disparo, en lugar de pensar en si fallará o no.Otro aspecto clave es cambiar la manera de ver los errores. En lugar de tomarlos como algo que demuestra que no eres bueno, es mejor verlos como parte del proceso de mejora. Los mejores deportistas no se juzgan por cada fallo.Por último, la confianza real no viene de la opinión de los demás, sino de la preparación de tu entrenamiento. Si un deportista entrena bien y es consciente que ha trabajado duro, tendrá menos necesidad de demostrar nada. Simplemente jugará con seguridad, confiando en lo que ha practicado.En resumen, la presión por demostrar el nivel es algo que afecta a muchos deportistas, pero si se aprende a dirigir su atención al juego, a manejar mejor los errores y a confiar en su preparación, podrán rendir mejor y disfrutar más de la competición.