Si tu hijo/a te ha dicho alguna vez que prefiere que no vayas a verlo competir, es posible que esta petición te haya sorprendido, confundido o incluso dolido. Muchos padres/madres interpretan esto como un rechazo personal o como una señal de que su hijo/a no valora su apoyo.
Tranquilo/a, no eres el único/a al que su hijo/a le ha pedido esto. Es algo que encuentro a menudo en las sesiones con jóvenes deportistas. Algunos terminan expresándolo abiertamente, como ha sido el caso de tu hijo/a, y otros, por miedo a herir a sus padres/madres o a que no los comprendan, prefieren callárselo y seguir sufriéndolo en silencio.
Detrás de esta petición no hay una falta de afecto ni de gratitud, sino una necesidad emocional que merece ser comprendida.
¿Por qué mi hijo/a no quiere que asista a sus competiciones?
Cuando un niño/a o adolescente expresa este deseo, lo que realmente está manifestando es una sensación de incomodidad que muchas veces no sabe explicar con exactitud. Algunas de las razones más comunes incluyen:
- Siente demasiada presión, aunque no sea tu intención:
Como padre/madre, es normal querer lo mejor para tu hijo/a, pero a veces, sin darte cuenta, puedes transmitirle expectativas demasiado altas. Aunque no le digas directamente que debe ganar, él puede percibir que esperas un gran desempeño y sentirse ansioso por cumplir con esas expectativas. Para algunos jóvenes, la simple presencia de su padre/madre en la grada aumenta esta presión.
- Teme al juicio o la crítica
Muchos niño/as y adolescentes sienten que su padre/madres los están evaluando constantemente durante la competición. Si en el pasado han recibido comentarios sobre sus errores, su actitud o su rendimiento, es probable que desarrollen miedo a fallar frente a ellos. A veces, incluso una expresión de decepción o frustración en la grada es suficiente para generar esa sensación de juicio.
- Necesita su propio espacio y autonomía
El deporte es una de las primeras áreas en las que los jóvenes pueden experimentar independencia. Para algunos, la presencia constante de sus padres/madres en las competiciones puede hacer que sientan que no tienen ese espacio propio para demostrar lo que son capaces de hacer por sí mismos.
- Ha vivido experiencias incómodas o vergonzosas
Si alguna vez has discutido con un árbitro, con el entrenador o con otros padres/madres desde la grada, aunque haya sido con la intención de defender a tu hijo/a, es posible que él lo haya vivido como una situación embarazosa. Muchos jóvenes prefieren evitar la posibilidad de que esto vuelva a ocurrir.
- Se siente comparado con otros deportistas
Frases como “Mira cómo juega tu compañero”, “A tu edad, tu hermana ya hacía esto” o “Podrías haberlo hecho mejor” pueden parecer comentarios inocentes, pero pueden afectar la confianza de un niño/a o adolescente. Si siente que cada vez que lo ves competir estarás comparándolo, puede preferir que no estés presente.
¿Cómo manejar esta situación como padre/madre?
Si tu hijo/a te dice que prefiere que no vayas a sus competiciones, lo más importante es no tomárselo como algo personal. En lugar de reaccionar con enojo o decepción, prueba con estas estrategias:
- Escucha con empatía y sin ponerte a la defensiva
Pregúntale con interés genuino: “¿Qué te hace sentir incómodo cuando estoy en las competiciones?” Escuchar sin juzgar ni minimizar sus emociones es clave para comprender su perspectiva.
- Cambia el enfoque: del resultado al proceso
En lugar de hablar sobre ganar o destacar, refuerza su esfuerzo, su mejora y su disfrute del deporte. Cuando el niño/a siente que su proceso es más importante que el resultado, la ansiedad disminuye.
- Reflexiona sobre tu comportamiento en la grada
Piensa en cómo actúas cuando ves a tu hijo/a competir. ¿Haces gestos de frustración? ¿Das indicaciones desde la grada? ¿Haces comentarios después del partido? A veces, pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en cómo se siente tu hijo/a.
- Llega a acuerdos
Si tu hijo/a se siente incómodo con tu presencia en cada competición, pueden negociar juntos en qué eventos estarás presente y en cuáles no. Así, él sentirá que su espacio es respetado, y tú podrás seguir apoyándolo.
- Recuerda que el deporte es suyo, no tuyo
El deporte es una herramienta para su crecimiento personal, no una extensión de tus expectativas como padre/madre. Asegúrate de que la experiencia deportiva de tu hijo/a sea positiva, y que se sienta acompañado sin sentirse presionado.
Conclusión
Si tu hijo/a te ha pedido que no vayas a sus competiciones, escúchalo con apertura y trata de entender qué hay detrás de su petición. No eres el único padre/madre que atraviesa esta situación, y el hecho de que tu hijo/a te lo haya expresado significa que confía en ti y espera ser comprendido.
Esto no significa que no quiera tu apoyo, sino que necesita que lo acompañes de una manera que le haga sentir más cómodo. Al final, lo más importante no es que estés en la grada en cada partido, sino que tu hijo/a sepa que siempre cuenta contigo, gane o pierda.