Llevo tiempo queriendo escribir sobre esto puesto que ya son muchos los casos de clientes con los que trabajo que se están viendo afectados por esta doble cara del famoso tele trabajo.
Se ha convertido en estos últimos meses en la salvación de muchas empresas y la forma más habitual de trabajar en la mayoría de países. La duda es si ha llegado para quedarse y cómo esto va a influir en nuestras emociones.
Al principio todo esto traía de la mano un montón de ventajas para los que han podido llevarlo a cabo y así ha sido, toda una suerte, aunque con el paso del tiempo estamos empezando a ver que también trae posibles riesgos e identificarlos a tiempo puede resultar de gran ayuda.
Aunque poco a poco la desescalada se va notando y cada vez son más las empresas que están abriendo sus puertas, todavía son muchas las que están utilizando esta metodología para sus empleados.
Consecuencias que podemos encontrar:
1-Auto-explotación
Cuando el teletrabajo convierte nuestro hogar en un lugar permanente de trabajo y obligaciones, existe el riesgo de que nuestra jornada laboral no tenga límites y que no se sepa parar cuando toca.
Si no tienes un horario estricto y el cual respetas, puede que termines trabajando incluso los fines de semana, sin hablar de que el insomnio puede hacerte levantar antes de lo previsto y qué mejor que ponerse a trabajar ¿verdad?
2-Deterioro de las Relaciones familiares y/o personales
EL no saber separar puede provocar una contaminación de nuestras relaciones familiares y de pareja. Es posible que no lleguemos a desconectar del todo, con el deterioro que esto puede producir. Es necesario dedicarle atención a las personas con las que convivimos y buscar otros temas de conversación que no estén relacionados con el trabajo.
3-Soledad social y laboral
Se está encontrando un aislamiento físico y social, un bajo soporte social por parte de compañeros de trabajo. No existen los compañeros con los que hablar cada día ni los cafés del descanso que tanta falta hacen por el rato que se comparte.
4-Sedentarismo
Muchos tienen la oportunidad de volver a sus puestos cumpliendo con los protocolos correspondientes y aunque saben que va a ser mejor para su salud prefieren quedarse en casa.
El hecho de trabajar desde su domicilio y no tener obligación de desplazarse a ningún sitio puede provocar que se vuelva más sedentario todavía y que le cueste más dar el paso agarrándose a la «falsa comodidad» que aparentemente identificamos por el hecho de no movernos.
Podemos encontrar:
Cuadros ansiosos, mayor irritabilidad, fatiga mental, temor, aburrimiento, sensación de aislamiento, alteración de la percepción del tiempo, conductas alteradas, estrés, problemas de concentración y trastornos del sueño entre otros.
Cosas que podemos hacer para combatirlo:
- Olvidarnos de la disponibilidad total y constante.
- Limitar de manera consciente la duración de la jornada laboral y respetarla.
- Cumplir con los tiempos de descanso.
- Controlar el acceso a grupos relacionados con el trabajo.
- Separar espacios físicos de trabajo en nuestra casa de otros privados.
- Hablar de otras cosas una vez concluida la jornada laboral.
- Saber parar y saber separar.
- Prestar atención a los que viven contigo cuando termines.
- Hacer parones cada 2 horas para levantarnos de la silla y estirarnos.
- Hacer ejercicio, cuidar la alimentación y mantenerse bien hidratado.
Toma consciencia de tu tiempo, valoralo y aprovéchalo.