Seguramente si a los más pequeños les hablásemos de gestión emocional, nos preguntarían que de que estamos hablando, que quién ese gran desconocido y si emocionarse es malo o bueno. Ante esta respuesta no debemos alarmarnos, que ellos/as tengan la visión de emociones positiva o negativas es lo más lógico, al final parece que es así como se han clasificado siempre.
Realmente no es que los más pequeños desconozcan la gestión emocional. Saben a que nos referimos cuando hablamos de emociones y a emocionarse practicando el deporte que practican. Al igual que los adultos, ellos/as también lo viven y experimentan diferentes emociones que muchas veces no saben cómo gestionar o que gestionan a su manera por que es como les han enseñado sus familias a hacerlo o lo han aprendido viendo a los adultos de los que están rodeado/a.
Es por eso, que el papel de la familia es tan importante en este tema. Los adultos para los más pequeños son su modelo a seguir. Ellos/as son esponjas que están aprendiendo de todo y todo el rato y el adulto es para ellos/as su figura de referencia. Un motivo más para que vosotros/as padres y madres seáis quienes, desde bien pequeños, les ayudeis a hablar de emociones y a identificar como se sienten, les va a ayudar mucho en un futuro para poder trabajar de manera introspectiva aquellos aspectos que quieran mejorar.
Puede parecer una tarea complicada porque cuando se trata de emociones, y sobre todo de las que se conocen comúnmente como las negativas, es difícil hablar. Pero adentrarse en el mundo de las emociones y más con los más pequeños puede ser realmente emocionante, y nunca mejor dicho. Debemos tener presente que, seguramente, ellos/as nos hablen con menos tapujos y filtros, a diferencia de como lo haría una persona adulta.
Para adentrarte como padre o madre en este mundo tan emocionante como digo, aquí comento algunos aspectos a tener en cuenta para propiciar esta gestión emocional entre los más pequeños y que, de manera progresiva, vayan sabiendo hacerlo ellos/as mismos/as:
- Crear un espacio seguro y libre de prejuicios.
- Prestar atención plena cuando él o ella quiere explicar algo sobre como se ha sentido en un entrenamiento o en una competición.
- Dejar que ellos o ellas se comuniquen en el momento que se sientan preparados/as.
- Intentar no clasificar sus emociones en negativas o positivas, podría hacerles sentir que según el momento y el contexto sus emociones no son válidas.
- Mostrar apoyo sin depender del resultado.
- Ayudarles a identificar las emociones que pueden sentir poniéndoles nombre.
Estas 6 pautas pueden ser útiles para empezar a ayudar a los más pequeños a adentrarse en el mundo de la gestión emocional. Además, no solo les ayudará más adelante, si no que aprender de ello les ayuda a configurar una autoestima más sólida, a conocer pequeñas pinceladas de como autogestionarse y a como comunicar como se sienten a los/las demás.