Una etapa por la que pasan casi todos los deportistas y a la vez la más temida, es la lesión. Proceso para el cual no se está preparado y ante el que se suele carecer de herramientas. Tanto si se padece, como si se está cerca de quien la sufre, se tiene un papel fundamental en el acompañamiento y en el refuerzo de la rehabilitación.
Las lesiones pueden provocar una retirada puntual o incluso definitiva, lo que nos lleva a poner punto y final a un estilo de vida que a muchos les ha acompañado durante años.
La adaptación psicológica del deportista será un aspecto clave en su proceso de rehabilitación y aquí quiero destacar la importancia que el entrenador tiene en esta fase y de la que muchas veces no se es consciente.
En ocasiones los entrenadores, al no tener unos conocimientos específicos sobre el trabajo psicológico en las lesiones, mantienen al margen al deportista en este largo y solitario proceso. Empezar el camino por no apartar al deportista del grupo por el hecho de que no se pueda contar con él será un gran comienzo.
Existen algunas estrategias que pueden ayudar al entrenador a ser participe y a estar más cerca:
Todos los profesionales que rodean al deportista son responsables, cada uno desde su área, de hacer un trabajo psicológico con el deportista. El trabajo multidisciplinar cobra una importancia vital para el correcto funcionamiento psicológico del lesionado.
Las variables personales jugarán un importante papel, pero el resto de personas pueden adoptar estrategias que sumaran mucho en la recuperación del deportista.
Fomentar el apoyo social en este camino es imprescindible, cumplen un rol fundamental la familia, los amigos y el equipo de trabajo que lo acompaña en este proceso de recuperación, algunas veces muy largo y que por ello se convierten en un refuerzo positivo muy importante y necesario.