Son muchos los deportistas que han incluido la meditación como parte de su rutina de entrenamiento. Y no es de extrañar ya que se ha demostrado que la meditación mindfulness provoca cambios neurológicos que mejoran la autorregulación de la atención y promueven estados de ánimo positivos.
Pero, ¿Qué es mindfulness?
Mindfulness es un estado mental que se caracteriza por “prestar atención intencional al momento presente, sin juzgar’’ (Jon Kabat-Zinn,1990) . Es la capacidad de prestar atención al aquí y al ahora, en vez de divagar por nuestros pensamientos sobre el pasado o el futuro.
Un elemento clave para que este entrenamiento sea efectivo es la actitud con la que lo practicamos y nos acercamos a él. La actitud correcta al practicar mindfulness se caracteriza por: no juzgar, no esperar nada, aceptar, no forzar, soltar o dejar ir, mente de principiante, paciencia, amabilidad y confianza.
No juzgar
Tendemos a juzgar todo de forma automática como bueno, malo o neutro. Nuestra mente categoriza y etiqueta casi todo lo que ve. El objetivo es acercarnos a nuestras experiencias y liberarnos de estos juicios haciéndonos conscientes de ellos.
Paciencia
Es importante saber que es necesario ser paciente para conseguir los beneficios que deseamos de practicar. Todos los fenómenos mentales tienen un principio, un desarrollo y un final. Debemos abrirnos a la experiencia con aceptación teniendo presente que las cosas discurren a su propio ritmo.
Mente de principiante
Esto quiere decir, ver las cosas como si fuera la primera vez que las vemos, sin el filtro de nuestros juicios y creencias, sin las expectativas generadas de nuestras experiencias pasadas. Ver las cosas tal cual son, con la mente de un niño que se inventa juegos con cualquier objeto. Nos permite estar abiertos a nuevas posibilidades.
Confianza y amabilidad.
Debemos aprender a escucharnos y a confiar en nosotros mismos, en nuestros sentimientos e intuiciones. Y por supuesto, tratarnos con amabilidad y compasión cuando perdamos la concentración o aparezcan pensamientos.
No forzar.
Consiste en ver las cosas tal cual son y no forzarlas a que sean de una determinada manera o a verlas de una forma concreta. Al practicar debemos esforzarnos en ver y aceptar, instante tras instante, las cosas como son. Si tengo ansiedad observarla, si tengo pensamientos agradables, igualmente observarlos….no forzar a cambiarlos y añadir más resistencias. Se trata, con paciencia, dejar que las cosas discurran a su propio ritmo.
Aceptación
Es la actitud principal de la practica de la atención plena, consiste en ver las cosas tal y como son realmente. Aceptación no significa resignación o que todo me parezca bien, si no reconocer que las cosas que ocurren en este mismo instante, ya están aquí. Es más, cuando aceptamos las cosas que nos pasan despojadas de nuestras ideas y juicios de como deberían ser esas cosas, es más probable que tengamos la capacidad de ver lo que necesitamos para generar el cambio que queremos.
Por ejemplo, en deporte podemos tener pensamientos negativos los días previos a una competición. Puedo forzar a que eso no sea así, juzgarlos como una señal de debilidad y generar una resistencia que me genere mayor inseguridad, o por otro lado, puedo aceptar que esto es así, que es razonable que surjan esos pensamientos porque la competición me importa, aceptarlos, centrarme en la respiración o en la tarea del entrenamiento y dejar que esos pensamientos se vayan sin generar resistencia. Me sentiré incomodo por un rato, mientras ese pensamiento esté en mi mente, sí, pero dirigiendo mi atención a los estímulos relevantes del entrenamiento conseguiré mantener mi rendimiento y el pensamiento si lo acepto y no genero más resistencia se irá, tarde o temprano y acabaré sintiéndome mejor. (Para manejar esta situación, cómo ya sabemos, podemos ayudarnos de nuestro discurso interno).
Soltar
Tenemos tendencia a identificarnos, aferrarnos y apegarnos a nuestros pensamientos. Si son agradables intentamos mantenerlos, si son desagradables, intentamos protegernos de ellos de diferentes maneras, dándoles vueltas, o intentando llegar a conclusiones que nos hagan sentir bien. La realidad es que en este camino se añade mucho sufrimiento extra. Soltar hace referencia a ver los pensamientos, como lo que son, sólo pensamientos y a dejarlos ir, soltarlos, no identificarse o aferrarse a ellos.
En el ejemplo anterior, soltamos al dejar que los pensamientos que nos generan malestar o incomodidad se vayan. Eso nos permite concentrarnos de nuevo en la tarea del entrenamiento a pesar de ellos.
Este es un pequeño resumen de las actitudes que debemos fomentar al practicar mindfulness. Son actitudes que podemos trasladar a nuestra vida, a nuestros entrenamientos y a nuestras competiciones.