En el deporte, a nivel amateur y en el alto rendimiento, los resultados mandan. Como entrenador, es inevitable sentir que tu trabajo está constantemente observado según los resultados o no de tu equipo,jugador/a…
Ser despedido puede ser un golpe muy duro, no solo para tu carrera, sino también para tu identidad como persona. Desde la psicología deportiva, quiero compartir algunas claves para encarar esta situación con la mayor resiliencia posible y a la larga, poder convertirlo en una oportunidad de crecimiento.
1. Aceptar las emociones
Es normal sentir una mezcla paradójica de tristeza, frustración, ira e incluso alivio. Estas emociones son una respuesta natural ante la pérdida y no deberían reprimirse. Tómate un tiempo para procesarlas. Hablar con alguien de confianza, como un amigo cercano, un colega o un psicólogo deportivo, puede ayudarte a poner en perspectiva lo sucedido y evitar que estas emociones se acumulen a lo largo del tiempo.
2. Separar el «yo» profesional del «yo» personal
Es fácil caer en la trampa de identificarse completamente con tu rol como entrenador. Sin embargo, no eres solo tu profesión. Reflexiona sobre tus cualidades y valores fuera del ámbito del deporte: ¿Quién eres fuera del deporte? ¿Qué te hace una persona valiosa?
Recordar que tu valor como individuo no está determinado por los resultados de un equipo puede ayudarte a recuperar la confianza e ir asimilando la situación.
3. Reevaluar tu experiencia
Aunque el despido pueda sentirse como un fracaso, también es una oportunidad para reflexionar. Como decíamos después de gestionar estas emociones, y al cabo de un tiempo podrías reflexionar sobre ¿Qué podría haber hecho de manera diferente? ¿Qué he aprendido de esta experiencia? Responder a estas preguntas te va a permitir cambiar una situación dolorosa en una oportunidad.
Por ejemplo, puede que hayas descubierto la importancia de comunicar mejor tus ideas al equipo o de gestionar ciertas dinámicas en el vestuario. Reconocer tus áreas de mejora y tus fortalezas te preparará para el futuro.
7. Construir un plan para el futuro
Reflexiona sobre tus objetivos a corto, medio y largo plazo. ¿Qué tipo de equipos te gustaría entrenar? ¿Cómo puedes posicionarte mejor en el mercado? Diseñar un plan te ayudará a mantener el enfoque y a sentir que tienes el control sobre tu carrera.
Ser despedido como entrenador es duro y complicado, pero también es una prueba de tu resiliencia por lo que haces. Contar con el apoyo de un psicólogo deportivo puede marcar una gran diferencia. Este no solo te ayudará a gestionar tus emociones, sino también a enfocar tus objetivos y prepararte para nuevos retos.Desde la psicología deportiva, entendemos que los malos momentos son parte del camino, pero también son oportunidades para crecer. Con el enfoque adecuado, esta situación puede ser el inicio de una nueva y emocionante etapa en tu carrera.