La preparación física es uno de los aspectos más importantes para un deportista, ya que de ella depende el rendimiento y el éxito en la competición. Sin embargo, no basta con tener una buena forma física, sino que también es necesario estar en el nivel adecuado de activación para conseguir el máximo rendimiento.
El nivel de activación se refiere al estado de alerta y disposición que tiene el deportista antes de la competición. Si el nivel de activación es demasiado bajo, el deportista no estará lo suficientemente preparado para competir, teniendo sensación de pereza, baja tensión muscular e incapacidad para prestar atención a las demandas. En cambio, si es demasiado alto, puede llevar a un desgaste excesivo y a una pérdida de concentración y control, con visión túnel (atención estrecha), gran tensión muscular, exceso de movilización de energía…
Por lo tanto, es esencial que los deportistas aprendan a controlar su nivel de activación para lograr un equilibrio óptimo. A continuación, se presentan algunas claves para lograrlo:
Conocerse a sí mismo
El primer paso para controlar el nivel de activación es conocerse a uno mismo. Cada persona tiene un nivel de activación óptimo que le permite rendir al máximo, por lo que es necesario que el deportista aprenda a identificarlo. Para ello, es importante prestar atención a las sensaciones físicas y emocionales que experimenta antes de la competición.
Visualización
La visualización es una técnica que consiste en imaginarse a uno mismo realizando una actividad concreta. En el caso del deporte, la visualización puede ayudar al deportista a prepararse mentalmente para la competición, incluyendo la gestión del nivel de activación. La visualización puede ser una herramienta muy efectiva para mejorar el rendimiento y la confianza.
Control de la respiración
La respiración es una herramienta muy poderosa para controlar el nivel de activación. Una respiración lenta y profunda puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, mientras que una respiración rápida y superficial puede aumentar el nivel de activación. Los deportistas pueden practicar diferentes técnicas de respiración para encontrar la que mejor se adapte a sus necesidades.
Rutinas precompetitivas
Las rutinas precompetitivas son una serie de acciones y pensamientos que el deportista realiza antes de la competición para prepararse física y mentalmente. Estas rutinas pueden incluir el calentamiento, la hidratación, la alimentación y la visualización. Las rutinas precompetitivas pueden ayudar a mantener el nivel de activación óptimo durante la competición.
En conclusión, el nivel de activación es un aspecto clave en el rendimiento deportivo. Los deportistas deben aprender a controlar su nivel de activación para lograr un equilibrio óptimo que les permita rendir al máximo. Para lograrlo, es esencial conocerse a sí mismo, practicar la visualización, controlar la respiración y establecer rutinas precompetitivas. Con estas herramientas, los deportistas pueden mejorar su rendimiento y alcanzar sus objetivos deportivos.