Cuando existe la comunicación positiva dentro de una familia, existe complicidad, armonía y un ambiente de afecto en casa, donde predomina el respeto mutuo y los valores familiares.
Mantener una buena comunicación hoy en día no es fácil, cada vez hay menos tiempo para compartir y dialogar en familia. Sin embargo, es necesario y posible aprender estilos adecuados de comunicación con nuestros hijos para apoyarlos. Si tenemos esto en cuenta vamos a estimular la confianza mutua, algo importante en cualquier relación y que nos va a permitir tener más recursos a la hora de cualquier conflicto futuro para su resolución.
Os dejo algunas ideas de cómo tener presente esta parte y cómo poder desarrollar la comunicación positiva en vuestras familias:
- Decir las cosas siempre de forma positiva. Estamos acostumbrados a usar un lenguaje de tinte negativo, a comenzar nuestras frases con un no, por ejemplo, “no grites” ¿qué tal si decimos: “intenta hablar más bajito”?
- Crear un clima emocional que facilite el dialogo. La comunicación debe llevarse a cabo en un ambiente democrático y de convivencia. Ello facilitará la canalización de la agresividad y la resolución de conflictos de forma asertiva.
- Escucha con atención e interés. Hay personas que dan sus opiniones, sin escuchar a los demás. Produce indiferencia del otro hacia él y acaba por perder la motivación por la conversación.
- No recurrir a las amenazas, no resulta una estrategia productiva si no facilitadora de conflictos.
- Pedir la opinión de los hijos. Los adultos debemos dejar la posibilidad de réplica. La predisposición a escuchar el argumento del otro y admitir que puede no coincidir con el propio.
- Ponernos en el lugar del otro. Sé empático a la hora de hablar con tus hijos y entiende que pueden tener otros puntos de vista.
- Dar mensajes consistentes y no contradictorios. Como padres o madres, debemos aprender la habilidad de realizar peticiones de manera directa y que no sea contradictoria.
- Obedecer a la regla de que “ Todo lo que se diga se cumple”. Ser coherentes con lo que decimos y hacemos.
- Expresar y compartir sentimientos, sin decir todo lo que piensas, solo lo necesario.
- Ser claro a la hora de pedir algo y no andar con rodeos. Aprende a decir que no puedes cumplir.
- Preguntar es interesarse. Abusar lo convierte en desconfianza.
- Mostrar disponibilidad para hablar y escuchar. Es mejor decir ahora no puedo que estar a medias.
- No supongas lo que tu hijo piensa, comprueba y verifica.
- Si usas el castigo que sea razonado y establécelo con anterioridad.