La forma en que nos hablamos condiciona nuestra forma de pensar y nuestras emociones. Durante la competición estamos expuestos a muchas emociones que pueden afectar a nuestro rendimiento. En este contexto nuestro diálogo interno puede convertirse en nuestro peor enemigo o por el contrario, si lo analizamos y entrenamos, puede ayudarnos a guiar nuestra conducta, gestionar nuestro estado mental y convertirse en un potenciador del rendimiento.
Un aspecto clave es que los mensajes que nos demos sean coherentes con nuestras creencias, con lo que realmente pensamos. No se trata de autoengañarse o decir frases positivas porque sí.
Pueden ser de dos tipos:
Autoafirmaciones:
Nos sirven para recordarnos aspectos importantes en momentos especialmente relevantes del entreno o competición. ‘Lo que importa es lo que soy capaz de hacer, si me centro en lo que depende de mí puedo ganar’’
Autoinstruciones:
Son órdenes concretas centradas en la acción que se debe realizar. Me ayudan a centrar mi atención en lo importante en ese momento y deben darse con energía. ’’Respira profundamente’’ ‘’Olvídate del error y céntrate en tus objetivos’’ ‘’ ¡Choca fuerte!’’ ‘’Varia la defensa’’ ‘’Atento a la bola’’.
Para mejorar esta habilidad, un buen comienzo es evaluar mi autodiálogo en diferentes momentos del entrenamiento o la competición. Puedo empezar seleccionando varias situaciones que supongan un riesgo para mi estado mental, cómo por ejemplo, cometer un error o tener ‘’bola de set o partido’’. A continuación, observar que mensajes me mando a mí mismo en esos momentos y registrarlos para analizarlos posteriormente.
Puedo preguntarme, ¿Qué objetivo tenía eso que me dije? ¿Me ayudó en ese momento? Si la respuesta a esta última pregunta es no, debería buscar un diálogo alternativo que me funcione mejor en ese tipo de situaciones.
Algunos objetivos que podemos conseguir con el autodiálogo son aumentar la confianza, potenciar la motivación, regular el nivel de activación, gestiona el estrés o centrar y dirigir nuestra atención.
Veamos un ejemplo:
Situación: al fallar un punto en un partido de pádel.
Autodiálogo: «Eres un desastre, eso no se puede fallar, así pierdes seguro´´
¿Te ayudó?: NO
¿Qué te gustaría conseguir en ese momento con tu diálogo interno?:
Mitigar el estrés del fallo, potenciar mi confianza y centrar la atención para el siguiente punto.
Entonces , para conseguir ese objetivo ¿Qué te puedes decir?.
Autodiálogo alternativo funcional:
«Tranquilo, olvídate del resultado, centrate en lo que depende de ti. «Juega al medio y con margen., la mente en la bola´´.
A algunos deportistas les cuesta proponer mensajes que se dirían a si mismos. Un buen truco es pensar que le dirías a un buen amigo, a tu mejor compañero, a una persona que quieres, si estuviera en esa misma situación. Solemos tener claro como ayudaríamos a la gente a la que queremos y que palabras utilizaríamos. Del mismo modo, puedes aprender a ayudarte a ti mismo.
En consulta damos mucha importancia a los mensajes que nuestros deportistas se mandan a sí mismos en diferentes momentos de los entrenamientos y competiciones y trabajamos para que ellos mismos se conviertan en sus mejores compañeros.