En ocasiones, como entrenadores/as, se presta atención únicamente cuando estalla un/a jugador/a en una situación determinada a causa de la frustración que sienten. Vemos que el/la jugador/a está desajustado/a y puede perjudicar al equipo. Ahí empieza la preocupación y se encienden las alarmas, aunque realmente el secreto y el trabajo debe hacerse mucho antes de que pase algo así y nunca perderse de vista. ¡Os cuento!
Cuando hablamos de frustración, siempre debe ir de la mano de la tolerancia a esta misma. No queremos que la frustración desaparezca y es normal que los/las deportistas se frustren. Lo que queremos es que los/las deportistas puedan tolerarla y puedan pasar por ella sin retroalimentarse con el efecto de desanimo y/o mala conducta que puede provocar. Por ello, como entrenadores/as, no solo se debe prestar atención a este aspecto en situaciones límites si no que se debe tener en cuenta el trabajo previo y el trabajo de seguimiento.
Ese trabajo previo está enfocado a la prevención, es un momento en el que es importante:
Este trabajo nunca debe perderse de vista y es importante mantener una continuidad, para que el día que pueda aparecer una situación límite esta sea más controlada. Aunque también os dejo por aquí algunas herramientas para hacer frente a situaciones así:
Y por último, aquellas herramientas de mantenimiento que deben hacerse con continuidad:
De esta manera, se establecen diferentes momentos de trabajo que nos pueden permitir controlar mejor la situación y ser un gran apoyo para ese/a deportista.