Estos días se habla mucho de la respuesta muscular en formato de calambres que tuvo Carlos Alcaraz en la semifinal de Roland Garros contra Djokovic. A los psicólogos deportivos que llevamos años trabajando en esto no nos sorprende, no por Carlos, si no porque es más común de lo que la gente se piensa ante tanta una situación competitiva de tanta presión.
Carlos Alcaraz: «Tuve calambres por los nervios y la tensión de jugar con una leyenda como Djokovic»
«Sentí calambres por los nervios y la tensión de jugar con una leyenda como Djokovic. Nunca había sentido algo así en el pasado. Los calambres empezaron en la mano,luego en las piernas y han acabado siendo por todo el cuerpo. Él te lleva al límite y te va exprimiendo poco a poco. Si alguien juega contra Djokovic y dice que no nota tensión, miente. Tengo que aprender la lección para la próxima vez. La tensión me ha pasado factura tras dos sets muy duros. Lo que me ha pasado lo achaco a un tema mental, he entrado al partido más tenso de la cuenta y no he sabido realojarme».
La tensión puede aparecer, de hecho es normal que aparezca. El problema si yo no me he entrenado ante esa situación y mi cuerpo lo interpreta como una amenaza a la que no sabe enfrentarse. Curiosamente cuando el partido termina, Carlos no tiene calambres, pues realmente su cerebro identifica que la amenaza ha terminado.
Para poder relajarnos en momentos así también hay que entrenador y dedicarle tiempo a ello en el día a día cuando todo sale. Uno de los errores que encontramos en nuestra parcela es que se recurre ha hacer todo tipo de estrategias solo cuando algo no funciona, cuando la prevención, la preparación y el entrenamiento es clave para que el cerebro no sienta que apaga fuegos si no que posee recursos y se siente tranquilo con ellos.
Aún con todas demostró un carácter inquebrantable para superar las adversidades y mantenerse en el partido por respeto al rival y a los aficionados allí presentes. Demasiadas responsabilidades quizás en un cuerpo muy fuerte pero en una cabeza muy joven.
Obviamente destacar que hay muchos otros factores más médicos de otras áreas que influyen y que predisponen al deportista para tener mayor probabilidad de sufrirlos. En este caso me estoy centrando en lo que conozco, la parte más emocional y psicológica.
¿Por qué pueden aparecer?
Se ha observado que el estrés físico puede causar frecuentes e intensas contracciones musculares. El aumento de la tensión muscular provoca un aumento del dolor, lo que a su vez incrementa la ansiedad del que lo sufre, esta atrae al miedo que acaba atrapando al deportista, y así sucesivamente sin saber parar.
El estrés y la ansiedad provoca un exceso de cortisol en la sangre que contribuye a un incremento de la tensión muscular, que si se mantiene en el tiempo provoca una contractura o un calambre.
Un ataque de ansiedad potencia un auto diálogo destructivo que puede llegar a bloquear incluso el rendimiento físico de un deportista que no soporta la presión del momento. Uno de los efectos de la ansiedad es la percepción de sentirse incapaz de controlar la situación que tiene delante como consecuencia de ese efecto de irrealidad que produce un nivel ansiedad alto y a la vez una sensación de vulnerabilidad.
¿Cómo se puede trabajar a nivel psicológico?
- Reducir el nivel de ansiedad: Identificar lo que está bajo su control, trabaja y reforzar el auto diálogo, gestiona los pensamientos, cuidar la auto exigencia, revisar las expectativas, realiza rutinas para ganar familiaridad…
- Regular el nivel de activación: El nivel de activación influye en los dos aspectos centrales del rendimiento: la toma de decisiones y la ejecución motora. En el primer caso, afecta la atención y todos los procesos cognitivos subsiguientes que derivan en la toma de decisiones. En el segundo caso, incide en variables de funcionamiento físico como la tensión muscular, la movilización de energía o la coordinación que son determinantes en la ejecución.
- Técnicas de relajación: la práctica de ejercicios de respiración, meditación y otras técnicas de relajación, como la contracción y distensión de varios grupos musculares por fases, nos ayudará a aliviar los dolores musculares por estrés y a desconectar de lo que nos puede estar generando ese estado de sobreactivación.
Asesoramiento de un psicólogo deportivo
Si la teoría te cuesta llevarla a la práctica y quieres hacer algo diferente para encontrar respuestas distintas, pide asesoramiento y rodéate de profesionales que contemplen lo que te ocurre a nivel multidisciplinar. Pues no hay nada peor que cogerle miedo a una sensación y dejar que el cuerpo esté en alerta constante para intentar identificarlo a tiempo. Darse cuenta es importante pero saber qué puede uno hacer para que eso sea distinto, la clave.
Las condiciones ideales no existen
Pensar que tengo que tener todo en su punto óptimo para rendir al mejor nivel es una expectativa complicada. Pep Marí me dijo un día, que ser deportista de alto rendimiento implica saber echarse a las espaldas lo que llega y a pesar de ello, conseguir sacar lo mejor de nosotros. Y así lo siento y así lo trabajo con mis deportistas.
Estar preparados, tener recursos, aceptar que esto nos puede volver a pasar y no rechazarlo, usarlo como señal para poner un nuevo plan en marcha que quizás no necesite nada mas que puntualmente, pero tenerlo ya forma parte de la preparación.
Escuchar al cuerpo
Escuchar al cuerpo y entender las señales forma parte de de ese auto conocimiento del deportista necesario para potenciar su rendimiento y no solo eso, para mantenerlo. Decidir o saber cuándo van a aparecer los calambres no depende del deportista, pero saber qué puede hacer para mantenerse preparado por si llegan y por tanto tratar de compensarlo con otros herramientas, si que depende del deportista.
Cuando esto es nuevo, te pilla, te devasta, te asusta y te bloquea. Cuando ya te has tropezado con ello, la situación cambia. La sensación ya no es tan desgarradora.
Todos sufrimos con Carlos, cuando sigues a un deportista y nada que decir si aun encima lo conoces, ya ves por la expresión del cuerpo y de la cara cuando algo no está igual que siempre.
Espero que todo esto sirva para gestionar y para preparar una posibilidad, poco probable pero que si llega, sepa cómo sobrellevar al cuerpo.