En muchos deportes como el baloncesto o el fútbol, los/las jugadores/as tienen un límite de faltas o incluso existen faltas por las que un jugador/a puede ser expulsado/a si esta es de alta gravedad. Por lo tanto, es un aspecto que influye en el juego y debe ponerse sobre la mesa. Sobre todo, para dejar claro que se puede trabajar y para poder incluso utilizar estas faltas de manera estratégica.
El cometer faltas en un partido forma parte del juego y muchas veces, algunas de ellas se hacen sin intención. Simplemente se dan porque, como dicen los/las deportistas: “ha sido del calentón, no me he podido contener”. En un deporte como el baloncesto, esto puede pasar, ya que cada uno/a de los jugadores/as cuenta con un máximo de 5 faltas por partido, pero no puede ser una justificación para que sea expulsado o expulsada en cada uno de los partidos y , de manera recurrente, reaccione mal cuando el/la arbitró le pitan las faltas que comete.
Esto puede hacer que el/la deportista sea más fácil de desconcentrar y el hecho de cometer esas faltas se convierta en un hándicap que no le permita jugar como él o ella sabe. Incluso, para el/la entrenador/a puede ser algo que le cause desconfianza, ya que nunca sabe por dónde le va a salir y además, que puede desconcentrar al resto de compañeros/as.
La manera de poder gestionar mejor este aspecto tiene que ver con la consciencia corporal. Es decir, conocer cómo se encuentra cada parte de mi cuerpo en diferentes situaciones, en aquellas que puedas determinar cómo más tranquilas y aquellas que requieren una alta intensidad. En estas últimas es más probable que cueste gestionarlo, ya que el/la deportista puede ir a más revoluciones. Por eso es importante entrenarlo previamente al partido y poco a poco ir poniéndolo en práctica en los entrenamientos.
Uno de los ejercicios que yo propongo consiste en dibujar dos siluetas en una hoja. Una te representará en ataque y la otra en defensa. Una vez dibujados, deberás dividir el cuerpo por zonas (p.ej. cabeza, pecho, brazos, manos, piernas, etc.). Seguidamente, deberás describir como se va a encontrar posicionada cada zona de tu cuerpo en cada uno de los momentos que hemos representado (ataque y defensa). En el caso de la cabeza, es importante también determinar cuál puede ser ese diálogo interno, que previamente se haya trabajado para momentos de partido.
Este es un ejercicio que realmente puede ayudar al/la deportista a adquirir consciencia sobre como usa el cuerpo y como debería usarlo. Es por eso que también se intenta que a la hora de determinarlo sea lo más concreto/a posible, y si le cuesta, también se puede hacer uso de vídeos o fotografías en las que ese/a deportista vea como de posiciona y como está utilizando el cuerpo respecto al otro/a jugador/a.