El uso de pantallas como móviles, tablets, portátiles… Y las redes sociales está impactando de manera revolucionaria en nuestra forma de vivir, comunicarnos y compartir experiencias, situaciones de nuestra vida con los demás.
Los deportistas no son una excepción, desde los más pequeños (gestionadas por familiares muchas veces) hasta deportistas profesionales hace un uso diario de estas redes sociales. Dándoles la oportunidad tanto a deportistas y deportes más minoritarios la capacidad de poder alcanzar y promocionar sus carreras, retos y logros a muchísima gente, situación que hace años era impensable. No obstante, el uso descontrolado de estas redes puede tener un impacto negativo en el rendimiento y bienestar de los mismos.
Como indicábamos, estas plataformas ofrecen a los deportistas, clubs, entidades… La capacidad para conectarse con sus seguidores, familiares o con posibles patrocinadores. Pueden compartir fotos y videos de sus entrenamientos, competiciones y más momentos personales, lo que les permite construir una base de seguidores y aumentar su visibilidad. Siendo una herramienta valiosa para poder promocionarse y generar ingresos a través de acuerdos de patrocinio y publicidad.
Junto a esta exposición “social” también le acompaña o al menos debería la gestión o control de este uso de las redes sociales, como por ejemplo: con que objetivo están los deportistas consumiendo o publicando cierto contenido. Ya que si no se previene y educa en el uso de las diferentes plataformas, desde bien pequeños, nos enfrentamos a un reto muy importante que es este uso indiscriminado de las redes sociales y un posible consumo excesivo que puede llevar a afectar al rendimiento y bienestar de estas personas.
Pueden existir diferentes consecuencias de un uso excesivo, pero nos centraremos en la distracción, por un lado, y la excesiva presión que podrían acarrear este uso de redes sociales.
En el caso de la falta de atención o capacidad de concentración, podría deberse a la constante interrupción de nuestro día a día con la notificación de nuevos mensajes, likes… Que puede disminuir la concentración de un atleta durante los entrenamientos y competiciones. Esta distracción puede tener un impacto negativo en el rendimiento, ya que la atención es un bien limitado y esta distracción constante hace que requiera tiempo y energía mental diaria, la cual se podría destinar de manera más efectiva a la preparación del deportista, en los entrenamientos, por ejemplo.
En el caso de la presión, las redes sociales permiten conectar con un sin fin de personas, organizaciones, entidades… es por esta exposición grupal constante que podría afectar el bienestar y rendimiento a través de la presión que pueden experimentar los deportistas. Esta exposición puede llevar a experimentar ansiedad, excesiva autocrítica y la necesidad de mantener una imagen perfecta. Los comentarios negativos y críticas pueden afectar la confianza y autoestima, lo que a su vez puede influye en el rendimiento deportivo.
En definitiva, las redes sociales tienen un impacto ya importante en el deporte y cada vez se está acentuando más. Tienen un poder de promocionar y mejorar la carrera de los deportistas, pero pueden tener otra cara no tan amable, como es la presión y la distracción. Por eso debemos educar para que estas redes no terminen engullendo lo que el deportista
entiende e interpreta como la realidad, que es la que hay fuera de las pantallas, la cual es imperfecta.
Andrés Díez
Equipo de Lorena Cos