El auto-diálogo hace referencia a todas aquellas verbalizaciones que nos decimos a nosotros mismos y es importante que sepas que tiene una gran influencia en nuestra conducta y nuestro rendimiento.
Cuando percibimos una situación como amenazante y la afrontamos con mensajes negativos (“No soy capaz”) se produce una reacción negativa que nos lleva a no actuar de la mejor manera. Sin embargo, si la afrontamos con mensajes positivos (“Soy capaz, lo he hecho otras veces”) se generará una reacción más adecuada que influirá positivamente en el rendimiento.
Pongamos un ejemplo: Imagínate que una patinadora justo antes de salir a la pista recuerda que en la última competición se cayó ejecutando un salto. Ante esa situación, puede decirse a sí misma “espero que no me caiga otra vez”. Ante este mensaje se visualiza en la competición pasada y desencadena emociones desagradables y sale a la pista con ellas, afectando a su rendimiento.
Si bien estas verbalizaciones surgen de manera más o menos espontánea en un intento de autorregular el estado de ánimo, podemos entrenar el autohabla para que a través de palabras clave o frases cortas nos permitan mejorar el rendimiento en un momento determinado, ya sea para redirigir el foco de atención en aspectos técnicos o tácticos, como para aumentar la confianza o promover estados de ánimo positivos.
El entrenamiento de nuestro auto-diálogo o palabras clave puede servir para:
Controlar emociones y/o estado de ánimo A partir de palabras que evoquen el estado de ánimo deseado (“Energía”, “Relaja”)
Detener pensamientos negativos Palabras que nos ayuden a la parada de pensamientos inadecuados (“Alto”, “Basta”)
Focalizar la atención y concentrarse Mediante palabras que permitan centrar la atención en estímulos relevantes (“Balón”)
Adquirir y ejecutar destrezas Mediante palabras que nos recuerden como debemos realizar la acción (“Estira”,
“Codo alto”) De manera generalizada estos serían los principales pasos para introducir las palabras clave en
tu entrenamiento y/o competición.
Lo primero es tener claro qué quieres cambiar
Busca una palabra que te genere ese cambio
Escoge el momento en que lo vas a verbalizar
Ponlo en práctica en entrenamientos
Automatízalo