Después de toda la semana donde tu hijo/a ha estado entrenando, llega el fin de semana donde les toca jugar su partido y competir en su deporte favorito, el que práctica diariamente, siendo un tema muy importante para él o ella en su día a día.
Por tanto, el deporte brinda una oportunidad a las familias de ser un medio de enseñanza de valores para el desarrollo integral de sus hijos, más allá de que puedan practicar actividad física y cuidar su salud.
En este sentido, esta competición e incertidumbre del resultado puede hacer que el niño/a sienta nervios haciendo que a veces la noche anterior le cueste dormir, o se levante muy temprano, muchas veces, también que pregunte constantemente por este evento, por dicha competición… Estas emociones que sienten pueden hacer que el tener una conversación con nuestros hijos/as pueda ser algo complicado de controlar o dirigir hacia donde nos gustaría. Ya sea porque no queremos que se sientan presionados, pero a la vez, si buscamos que se lo tomen seriamente, se esfuercen y lo disfruten, desarrollando los valores como compañerismo, cohesión, compromiso… Entre otros.
Por esto es clave que como padres, madres podamos acompañarlos a construir una relación positiva con el deporte desde bien pequeños. Para esto, expondremos un par de ideas a tener en cuenta para hablar con tus hijos/as a la hora de practicar su deporte.
En primer lugar, como hemos comentado, el enfrentarse al partido de fin de semana, la carrera del domingo… Hace que los niños/as experimenten diferentes emociones como pueden ser alegría, miedo, tristeza… por esto es clave poder dejarles su espacio para que se puedan expresar, intentando preguntar por como le ha ido, como se ha sentido, como lo ha visto, y a partir de aquí escuchar de manera atenta sus respuestas, para que se sientan valorados e importantes, haciendo que les ayudemos a validar esta emoción, le podemos guiar para que entienda que siente, en función de la edad.
A partir de esta escucha activa, debemos también ser un modelo a seguir por nuestra parte, a nivel de gestión de emociones, a lo largo de toda la competición como después, siendo un apoyo donde puedan refugiarse, pero dejándoles el protagonismo a ellos/as que son realmente los importantes.
Juntando estos dos elementos, también es relevante que seamos capaces de compartir información sobre nosotros, la comunicación debe ser bi direccional, no solo se trata de extraer información a los hijos como si fuera un interrogatorio, a ellos/as también les interesan las historias de sus padres, ver como hicisteis tal cosa u otra para solucionar diferentes situaciones hará que aprendan de vosotros también, os tomarán como ejemplo como indicaba.
Por tanto, vemos que para una buena comunicación con nuestros hijos/as es muy relevante que se sientan escuchados, valorados como personas que son con sus propias ideas, emociones, sensaciones… Y que según la edad podamos ayudarlos a entender qué les puede estar pasando, experimentando. Y por último que esta comunicación sea de doble dirección tanto de los hijos a sus familias como de las familias a sus hijos/as.