En el mundo del deporte, por suerte, cada vez se reconoce más la importancia de la psicología como un elemento fundamental para el rendimiento deportivo. Entrenadores y deportistas están incluyendo herramientas psicológicas en sus entrenamientos y competiciones para mejorar su desempeño, pero ¿qué sucede cuando estas herramientas se utilizan sin un análisis previo adecuado?
Hace poco empecé a trabajar con una deportista que acudió a mí por qué decía sentir mucha “ansiedad” ante competiciones importantes. Lo primero que me dijo es “quiero que me ayudes a recuperar la calma antes de salir al campo a competir, pero ya te aviso que a mí eso de hacer respiraciones no me funciona”. Me quedé un poco sorprendida y le pregunté para que me contará más sobre esta herramienta que ella misma había nombrado “mi entrenador me insiste en que mi problema es que estoy muy activada y necesito relajarme, y me dijo que lo que tenía que hacer era hacer respiraciones antes de salir. Lo he probado, pero no me funciona, no hay manera de relajarme”. Entonces aquí, intenté indagar un poco más y le pregunte si sabía el origen de esa “ansiedad” y su respuesta fue “no lo sé, antes no me pasaba, hace unos meses que empecé a sentirlo y cada vez ha ido a más hasta tal punto que ahora me bloqueo”.
Esta situación no es puntual, es algo que se repite en consulta, deportistas y/o entrenadores que aplican herramientas psicológicas (sin supervisión de un psicólogo) con el objetivo de reducir su malestar (o síntoma) pero sin indagar en el por qué aparece. Por ejemplo, la aceleración de la respiración antes de salir a competir puede aparecer por muchos motivos, uno de ellos puede ser por un cúmulo de pensamientos negativos que provocan que la mente de la deportista sienta la competición como una amenaza y no como un reto. En este caso, aunque apliquemos técnicas de respiración, si no corregimos la interpretación que la deportista hace de la situación, esas técnicas probablemente no funcionaran, o funcionaran, pero por un breve periodo de tiempo, ya que en su cabeza eso a lo que se enfrenta sigue siendo una amenaza.
Utilizar herramientas psicológicas por qué lo he leído en algún sitio o por qué a mi compañero/a le funciona, no garantiza que a mí me vaya a funcionar también. Para garantizar resultados positivos y duraderos, es crucial considerar el «para qué» del uso de cada herramienta psicológica. Para ello es esencial consultar con un psicólogo del deporte que pueda proporcionar orientación experta y personalizada. Nuestra experiencia y formación nos permite evaluar las necesidades individuales de cada deportista y diseñar intervenciones personalizadas que se alineen con los objetivos. Como decía un gran profesor mío, los psicólogos del deporte hacemos “trajes a medida” por qué no existen dos personas exactamente iguales.
En conclusión, comprender el propósito detrás del uso de cada herramienta psicológica es esencial para maximizar su eficacia y adaptabilidad a las necesidades individuales, lo que resalta la importancia de trabajar con profesionales especializados para obtener los mejores resultados.