La confianza es fundamental para cualquier deportista. Creer en sus propias habilidades y capacidades y creer en la posibilidad de alcanzar sus objetivos es un motor poderoso para impulsar el rendimiento.
Sin embargo, como en muchas cosas en la vida, los extremos no son buenos. Cuando la confianza es excesiva, el deportista tiene una percepción sobre sus habilidades y capacidades que puede llegar a ser irreal y resultar perjudicial para su rendimiento.
En este escenario, el deportista puede llegar a:
- Sobreestimar sus capacidades y creer que puede afrontar situaciones que en realidad no.
- Descuidar la preparación física y mental pensando que ya tiene las capacidades suficientes y que no necesita más.
- Descuidar la táctica y las estrategias, ignorando la importancia de adaptar tácticas adecuadas a cada situación deportiva
- Subestimar a los rivales, asumiendo que está siempre por encima de ellos
- Asumir riesgos innecesarios a nivel deportivo
- La falta de prudencia y falsa sensación de invulnerabilidad puede aumentar el riesgo de lesiones
Como vemos, todas estas situaciones pueden llevar a un bajo rendimiento o a un estancamiento en su crecimiento como deportista, al no reconocer áreas de mejora y perder oportunidades para desarrollar nuevas habilidades y alcanzar su máximo potencial.
Este exceso de confianza puede venir por diferentes motivos:
- Éxitos anteriores: historial de victorias y logros que puede llevar a creer que siempre tendrá éxito
- Refuerzo y reconocimiento constante y/o atención mediática que puede aumentar su autoestima y perder la objetividad sobre sus capacidades reales
- Comparación con otros deportistas que consideran inferiores por parte del entorno que puede llevar a desarrollar una falsa sensación de superioridad.
- Falta de crítica constructiva al estar rodeado de personas que solo le brindan halagos y no señalan áreas de mejora.
En conclusión, la confianza en uno mismo es muy poderosa para tener un buen rendimiento deportivo, pero cuando se cruza la línea del exceso de confianza, puede volverse perjudicial. Es esencial encontrar un equilibrio entre la confianza y la humildad para poder maximizar su potencial.