El esfuerzo es la capacidad, la voluntad o las ganas para lograr un fin que se persigue frente a las dificultades que se van encontrando.
En el deporte esta variable adquiere una relevancia importante ya que el deportista está constantemente enfrentándose a retos o a situaciones de dificultad, es decir, en el día a día los y las deportistas tienen que hacer frente a sensaciones de cansancio, frustración o decepción estando además en constante proceso de aprendizaje o perfeccionamiento de las diferentes habilidades necesarias.
Los entrenadores y entrenadoras deben tener claro este aspecto y entender que se puede trabajar y desarrollar dentro y fuera del terreno de juego. Pero ¿cómo los agentes que rodean al deportista pueden potenciar el esfuerzo de sus deportistas?
En primer lugar, es importante centrar el REFUERZO en las CONDUCTAS más que en el RESULTADO y no evaluar únicamente el RESULTADO. Esto no quiere decir que se quite importancia al marcador, sino que se haga más énfasis en las acciones que se han puesto en marcha para conseguir los objetivos propuestos, las conductas que tienen que seguir realizando en experiencias futuras y mejorar aquellas que no estén del todo consolidadas.
Además, se debe disminuir la incertidumbre anticipando las dificultades que podrían aparecer durante las competiciones y los entrenamientos. De esta manera, se ayudará a centrar la atención de los deportistas en lo que tiene que hacer y no en los estímulos interferentes que puedan ir apareciendo.
Unido a lo anterior, se debe focalizar la atención en lo que quiere conseguir y en cómo hay que conseguirlo. Para ello, se puede establecer un plan de actuación con los objetivos concretos que se deben conseguir junto con las tareas que hay que ir realizando y que paso a paso nos irán acercando a las metas planteadas.
Por supuesto, dentro de este trabajo se debe poner especial relevancia en no penalizar el error ya que debemos ser conscientes de que éste es parte del proceso de aprendizaje. Por esta razón, hay que centrarse en qué debería cambiar y cómo lo debería hacer para realizar con éxito determinadas conductas o movimientos.
Por último, hay que resaltar que hay que hacer consciente las conductas de esfuerzo que se están realizando, es decir, los y las deportistas deben conocer que no sólo están trabajando y mejorando sobre aspectos propios del deporte, sino que este tipo de variables pueden entrenarse y mejorarse.