Se acaba el verano, las vacaciones, ese paréntesis entre temporadas donde se supone que hay que “descansar”… pero también “mantenerse en forma”. Y claro, ahí empieza la duda:
¿Estoy haciendo demasiado poco?
¿Y si me paso de entreno y llego quemado?
¿Qué toca hacer en este momento?
La respuesta, como en casi todo, está en el equilibrio. Y no hay una única fórmula válida. Pero sí hay algo clave: escucharte y actuar con intención, no desde la culpa ni la inercia.
En su documental, Carlos Alcaraz lo deja claro. Después de meses de torneos y presión, necesita desconectar. ¿Cómo lo hace? Salidas con amigos, playa, fiesta, su gente. Porque sabe que eso, aunque no se vea en la pista, también forma parte de su preparación. Pero ojo: no es desconexión infinita. Es un paréntesis bien aprovechado, para luego volver con las pilas cargadas.
Y eso es lo que muchos deportistas no se permiten. O están todo el verano sin parar por miedo a perder forma, o se pasan al modo “off” sin pensar en cómo quieren volver. El problema de los dos extremos es el mismo: llegas a la pretemporada sin equilibrio. O cansado. O con la sensación de que has desaprovechado el tiempo.
Por eso, ahora que toca volver, te propongo una idea sencilla:
haz balance entre lo que hiciste para cuidar tu cuerpo… y lo que hiciste para cuidar tu cabeza.
¿Te mantuviste mínimamente activo? Genial.
¿Pudiste desconectar de verdad? Aún mejor.
¿Sientes que el cuerpo no está al 100%, pero tienes ganas? Es un gran punto de partida.
No se trata de llegar perfecto. Se trata de volver con ganas, con energía, y con la mente limpia. Y eso solo pasa cuando durante el descanso hubo espacio para moverse… pero también para no hacer nada. Para salir. Para aburrirse. Para romper rutinas. Para hacer lo que tocaba… y también lo que necesitabas.
Volver bien no es volver fuerte. Es volver equilibrado.
Con intención, con motivación, y con espacio para construir lo que viene.
Porque la temporada es larga. Y ahora empieza lo bueno.