¿Qué piensan los demás de mí?
Recientemente trabajando en sesión con un deportista, estábamos reflexionando sobre todo lo que había mejorado durante ese año de trabajo. Recapitulando los aprendizajes que había obtenido durante ese periodo. Una de las cosas más importantes que él mismo reconoció que le ayudaban más a poder disfrutar de su deporte actualmente, es reducir la importancia que otorgaba a la opinión de los demás. Más bien, la importancia que otorgaba a sus pensamientos.
Para esto es importante reconocer el punto de vista que tiene de las cosas y como le afectan en cada momento. Mirar la vida a través de unas gafas que te proporcionan una visión distorsionada y muy rígida, a la fuerza te llevan a generar emociones demasiado intensas en momentos en los que no son útiles. Muchos deportistas,por ejemplo hacen una sobreestimación de la opinión de otras personas, sobretodo de algunas personas clave en sus carreras, como el entrenador, sus compañeros,o los directivos. Esto, irremediablemente, tiene una relación directa con el estrés y la presión que sienten. Esta presión afectará a su funcionamiento psicológico, a su rendimiento y a su bienestar.
Ojo, algunas veces esos razonamientos son reales y estarían justificados. Pero cuando hay un estrés excesivo, la mayoría de veces se sobredimensiona el problema, o no existe y directamente nos lo inventamos nosotros.
Una cosa a tener en cuenta antes de continuar es que la presión no tiene porque ser mala, hay ocasiones en que es muy funcional, nos pone alerta e impide que nos relajemos en exceso. Por ejemplo, puede ser útil para no sobreconfiarme si compito contra un rival que considero inferior. Pero igualmente es recomendable convertir ese estrés en motivación siempre que se pueda.
Veamos algunos ejemplos de situaciones en dónde existe riego de que el deportista vea la situación con un punto de vista distorsionado.
- Un delantero que tiene miedo excesivo a tirar a portería porque cree que sus compañeros le reprocharán el fallo o pensarán que es un chupón.
- Un deportista joven que cree que si no gana, sus compañeros no querrán entrenar con con él ni ser sus amigos.
- Otro ejemplo, podría ser el de un deportista joven que cree que si no gana decepciona a su familia porque lo apoyan mucho anímica y económicamente.
Estos son ejemplos que nos encontramos habitualmente en consulta. En estos casos debemos buscar una manera de ver la realidad más funcional. En estos ejemplos, la interpretación que hacen los deportistas de las situaciones, son erróneos. Como deportistas debemos fomentar un ideario que sea funcional para nosotros, que no nos limite y nos ayude a dar nuestro máximo rendimiento.
Un segundo paso importante, es poner a prueba nuestros pensamientos. Es decir, que evidencias tengo de que lo que creo es real. Siguiendo alguno de nuestros ejemplos, ¿tienes alguna evidencia de que tus compañeros piensan de ti que eres egoísta si tiras a portería? Por contra, ¿que beneficios obtienes si tiras a portería?
Una vez trabajados esos dos puntos un buen consejo sería preguntarse cada vez que surja una preocupación, ¿Este problema es real o me lo estoy inventando?
Es común que los deportistas sientan presión por la opinión de los demás, pero hay veces que esta presión puede aliviarse considerablemente para hacerla más manejable y tolerable, sin que afecte a su rendimiento y bienestar de una manera excesiva.
José Fernández
Equipo de Lorena Cos