Un objetivo muy interesante que pueden proponerse los entrenadores puede ser el de aumentar la percepción de auto eficacia o percepción de control de sus deportistas en relación con el proceso, tanto de entrenamiento, como de competición. Es decir, potenciar esta variable psicologica estrechamente relacionada con la confianza en sus deportistas.
La autoeficacia o creencia en la propia capacidad en determinadas situaciones puede ser considerada un concepto vital en el ámbito deportivo, puesto que es un elemento que predice de mejor manera el desempeño de la habilidad y del conocimiento personales. Este concepto se incluye en la Teoría Social Cognitiva de Bandura, en la cual se considera al ser humano como un individuo autorganizado, autorreflexivo, autorregulado y comprometido con su desarrollo.
Según esta teoría las personas tienen creencias personales (creencias de autoeficacia), que les permiten ejercitar cierto control sobre sus sentimientos, acciones y pensamientos. Esto quiere decir que el comportamiento de los individuos se ve influido por lo que piensan, creen y sienten.
La percepción de autoeficacia influye en la conducta en general, mediante procesos cognitivos, motivacionales, afectivos y selectivos.
Entre las fuentes que potencian la autoeficacia, se encuentran el manejo exitoso de experiencias, la comparación con modelos similares, la persuasión social y los estados corporales.
Teniendo esto en cuenta, ¿qué puedo hacer como entrenador para potenciar esta variable en mis deportistas?
Algo tan simple, como explicar a tus deportistas con detalle y de manera concreta el sentido del entrenamiento planificado, ya sea a nivel físico, técnico o táctico.
Es decir, explicar a los deportistas no sólo lo que deben hacer (tarea), si no el por qué. Explicar de forma clara por qué están haciendo ese entrenamiento, que sentido tiene dentro del plan de entrenamientos y que beneficios obtendrán de hacerlo.
Comprender el proceso de entrenamiento, y los conceptos técnicos y tácticos aumentará por si solo la sensación de control sobre su deporte y hará más autónomo al deportista, lo que es probable que aumenté su confianza y en consecuencia su motivación por alcanzar sus objetivos.
Además esto facilitará mucho dar feedback e instrucciones, hacer correcciones y reforzar las conductas apropiadas.
Un error común, puede ser dar por hecho, que los deportistas conocen a la perfección el proceso de entrenamiento, y por ello no invertir tiempo suficiente en explicar las tareas prácticas y los conceptos teóricos.
Una buena estrategia para comprobar esto es plantear a los deportistas preguntas apropiadas durante los entrenamientos.
Se necesita por parte del entrenador un compromiso en su formación para tener una visión lo más holistica posible del entrenamiento y del rendimiento. Es decir, tener un conocimiento mínimo sobre las áreas más importantes del proceso de entrenamiento y competición.