En los deportes de combate al igual que el resto de deportes la preparación mental es clave.
Son importantes variables piscológicas fundamentales como la atención, la motivación o la confianza.
Sin embargo, en los deportes de combate siempre existe una confrontación física directa contra un rival. Lo que supone un gran estrés que cada competidor debe ser capaz de manejar si quiere obtener un buen rendimiento. A la presión habitual compartida por otros deportes por el resultado o por la influencia de como los demás valoran el rendimiento, se suma el riesgo manifiesto de poder sufrir daño físico. Aunque los reglamentos se desarrollan y actualizan para proteger la integridad física del deportista, los golpes y lesiones por traumatismos son habituales y el riesgo de sufrir un daño físico es una característica intrínseca a los deportes de combate.
Existen entonces dos factores que potencialmente aumentan el estrés en estos deportes:
- Es un deporte individual de enfrentamiento directo. En la pista todo depende de uno mismo.
- Existe la potencialidad de sufrir daño físico.
En la jerga de estos deportes se manifiesta como se naturalizan estos dos factores en su practica. En TaeKwonDo hablamos de ‘’pegarnos’’ sin ningún tipo de matiz violento. Se asumen estos factores como parte del juego. De hecho, tus compañeros de entrenamiento, tus amigos en la mayoría de los casos, son con los que más ‘’te pegas’’.
Entonces ¿Qué necesidades psicológicas tiene un luchador, un taekwondista o un judoca?
Motivación. La motivación es clave para llevar a cabo cualquier actividad y no es diferente para los deportes de combate. Para afrontar el estrés del que hablamos es necesaria una buena motivación. Los deportistas deben contar con una motivación compensada, es decir deben ser apasionados de practicar su deporte y además contar una buena motivación de logro que les ayude a luchar para conseguir sus objetivos.
Autoconfianza. Es fundamental fomentar una confianza robusta que permita sentir a los deportistas que dominan la situación y que tienen los recursos suficientes para enfrentarse a su rival. Si tienes una buena confianza es mucho más probable que tengas una motivación adecuada para entrenar y competir. Ojo! La confianza debe estar basada en una visión realista, no se trata de decirte que eres el mejor por que sí.
Autocontrol. Antes, durante y después de un combate las emociones están a flor de piel y lo habitual es que surjan emociones como el miedo o la ira que el deportista debe aprender a regular. Por ejemplo, si recibo un golpe bajo y pierdo el control cegado por la ira, es muy probable que me precipite y descienda mi rendimiento.
Nivel de activación. Es muy importante comprender nuestro cuerpo y nuestra mente, saber en que punto estamos en cada momento. Conocer nuestro nivel óptimo de activación nos ayudará mucho a conseguir el autocontrol que mencionamos en el punto anterior.
Atención. Según mi experiencia como deportista en Taekwondo y como psicólogo, ser capaz de autorregular la atención es la clave más importante para rendir bien. A diferencia de otros deportes, durante el combate todo pasa muy rápido y debo permanecer concentrado el 100% del tiempo. Ser capaz de centrarse en los estímulos que dependen de ti más relevantes del combate es el primer paso. Además es necesario ser capaz de autorregular la atención para no dejarse llevar por la cantidad de estímulos fluctuantes que existen alrededor y ser capaz de mantenerse concentrado en la tarea sin dejarse llevar por los pensamientos ni las emociones.
Cohesión de equipo. Sí, puede parecer raro porque es un deporte individual. Pero los deportistas necesitan un equipo en el que entrenar. Además considero que en la competición deportista y entrenador forman un equipo de dos. La relación con el entrenador y el equipo influirán en el resto de variables, aportando confianza y amortiguando situaciones difíciles.
En general, en consulta intentamos fomentar un estilo de funcionamiento objetivo, que garantice la adaptación rápida a un entorno hostil y constantemente cambiante. Para cubrir todas estas necesidades con éxito y prepararte para el combate una buena idea es intentar trabajar los siguientes objetivos:
Evaluar e identificar tu nivel optimo de activación.
Aprender y entrenar estrategias de afrontamiento como el autodiálogo y la respiración.
Establecer objetivos de tarea y planes para la competición que dependan de ti.
Aprender a evaluar tu rendimiento objetivamente, siendo consciente de las cosas que haces bien.
Exponerte gradualmente a situaciones estresantes parecidas a las que te puedes encontrar en la competición.
Entrenar tu atención. Yo particularmente trabajo con Mindfulness. Me parece una herramienta ideal para los deportes de combate, en la que se potencia la autorregulación de la atención con una actitud de aceptación y paciencia, de forma que se presta atención al momento presente sin juzgar nuestros pensamientos o emociones.