Después de vacaciones, todos tenemos claro que hay que volver a poner el cuerpo en forma: entrenamientos, alimentación, hidratación, tenemos que calentar… pero, ¿y la mente? Normalmente nos ponemos a entrenar e incluso competir con ganas y con presión, olvidando que nuestra cabeza también necesita ponerse en “modo rendimiento”.
Es normal que sobre todo al inicio sintamos esos nervios, esa incertidumbre o incluso presión por ver que va a pasar. Nuestro cuerpo puede estar listo después de la pretemporada o de calentar, pero si la mente no arranca, el rendimiento no se podrá expresar al máximo de tus posibilidades. Y aquí es donde muchos deportistas cometen un error clásico: calentar solo los músculos y dejar de lado la preparación mental.
Lo que suele pasar es que no conozcamos que variables pueden ayudarnos como por ejemplo el nivel de activación (el mental), y sin una activación psicológica y física adecuada, puedes sentirte lento, desconcentrado o reaccionar tarde en situaciones de juego. Tu cuerpo necesita a tu mente sincronizada para poder rendir.
Por eso, incluir una mini rutina mental en este inicio de temporada, competiciones, podría ser un buen objetivo. No necesitas mucho tiempo, solo constancia y enfoque. Aquí te propongo tres pasos sencillos que puedes hacer en casa, camino al campo o en el vestuario:
1️⃣ Tres respiraciones profundas
Antes de empezar, detente un momento y haz tres respiraciones largas y profundas. Inhala contando hasta cuatro, retén un segundo y exhala lentamente contando regresivamente. Este gesto simple ayuda a reducir la tensión, bajar los nervios y centrar tu atención en el presente. Respirar bien no solo oxigena el cuerpo, también puede activar la mente.
2️⃣ Visualiza tu primera acción
Cierra los ojos un instante e imagina cómo vas a ejecutar tu primer pase, tu primer chute o tu primer movimiento. No hace falta ver todo el partido; con visualizar la primera acción ya le das a tu cerebro una hoja de ruta para empezar. La visualización ayuda a que tu cuerpo y tu mente trabajen coordinados desde el primer minuto.
3️⃣ Repite tu palabra o frase clave
Escoge una palabra o frase corta que te conecte con tu mejor versión: “Estoy listo”, “Confío en mí”, “Disfruta”. Repetirla en voz alta o mentalmente refuerza tu concentración y te ayuda a gestionar la presión. Este pequeño ancla mental te recuerda cuál es tu objetivo y cómo quieres sentirte en el presente.
Incorporar estos tres pasos no te va a llevar más de un minuto, pero puede cambiar cómo entras al entrenamiento o al partido. La mente, al igual que el cuerpo, necesita calentar y practicar constantemente y conscientemente. Cuanto antes lo empieces a practicar, más natural será activar tu modo rendimiento.
Lo más importante no siempre es lo que se ve a simple vista. La mente también juega su partido. Asegúrate de que tu cabeza esté lista antes de empezar.