Hablamos mucho de los jugadores llegado este momento, en cómo lo gestionarán, qué nivel demostrarán, en si estarán concentrados o en si la presión les permitirá entregar todo su potencial…pero me pregunto ¿Y los entrenadores? ¿Qué papel juegan en todo esto?
La experiencia me ha enseñado que el equipo al final es un reflejo del entrenador y ahora más que nunca su estabilidad va a ser pieza clave en este engranaje.
Los entrenadores quieren que sus jugadores estén enchufados pero a veces se olvidan de que sus conductas, sus movimientos, la expresión y la comunicación en general tiene que ser coherente para que el mensaje llegue.
Entrenadores que con palabras hacen creer que están seguros y confiados pero su cuerpo dice lo contrario, entrenadores que buscan en los jugadores la estabilidad que muchas veces a ellos les cuesta alcanzar… en definitiva lo que transmitan siempre cuenta pero ahora más que nunca.
Venimos de unos meses atípicos que han hecho que todos nos tengamos que reinventar y adaptar a situaciones o decisiones con las que no contábamos y aún así estamos aquí, preparados y eso es lo verdaderamente importante.
Me gustaría lanzar algunos tips a tener en cuenta si eres entrenador y te enfrentas ante un play off o simplemente ante una situación de competición.
1- Eres un espejo para tus deportistas, por ello transmite calma y seguridad. Será fundamental para que ellos estén tranquilos.
2- Evita conceptos nuevos o introducir cambios de última hora cuando ya está todo trabajado. No hay tiempo para integrar.
3- Tu estabilidad emocional será clave. Ni desborde ante el éxito ni derrumbe ante el error. Equilibrio para que ellos también lo puedan gestionar.
4- Refuerza, refuerza, refuerza. Hazlos grandes, recuerda méritos, identifica fortalezas, recuerda momentos dónde tu equipo se hizo grande ante la adversidad. Recordar es vivir dos veces.
5- Mantén rutinas que ya se trabajan y han funcionado. Eso da seguridad y prepara al jugador.
6- Utiliza los tiempos a tu favor. Antes, durante o después. Cada instante es una oportunidad para conducir a tu equipo a dónde queréis llegar y no a recordar lo que no ha salido. Evita recriminar o responsabilizar de los errores puesto que hay que seguir y eso puede hacerte perder a esos jugadores.
9- Cada jugada, cada minuto. Cada minuto vale, cada acción cuenta, no hay diferencias entre el 1 y el 90. Hazlo saber, transmite que no gana quién antes llega, si no el que sabe mantenerse.
10- Genera el contexto ideal. Como entrenadores tenéis también la ocasión de crear un espacio cómodo, de buen ambiente, donde haya cabida para el humor y poder relajar así las tensiones del momento.
Lo más importante; entrenador, equipo, staff técnico… no olvidéis que la actitud es vuestra y depende de vosotros para encarar estos partidos de la mejor forma.
Llegar hasta aquí ya es una oportunidad, así que ahora toca aprovecharla.